“POR TÍ”
Autor: Mambí
Corría con fuerte brío y con natural alegría,
sus hebras de oro se agitaban al viento,
su risa escandalosa era música que recibía,
como dulce miel, para mi alma por aquel tiempo.
No sabe mi niña cuánto la quiero,
hace tanto que no le doy un beso y un abrazo,
desde que tuve que abandonar nuestro amado suelo
mi vida se apaga, como el sol en el ocaso.
Hemos perdido una parte de nuestras vidas,
que no podremos jamás recuperar,
yo como padre, y tú como hija,
que hoy sólo, podemos lamentar.
Hoy me enfrasco en una lucha sin cuartel,
para evitar que las familias sigan sufriendo,
todo lo que hemos tenido que padecer,
no tenga nuestro pueblo, que seguir padeciendo.
Solo queda el camino de la derrota
para aquellos que tanto daño han hecho,
cuando el viento del pueblo con fuerza sopla
tiemblan los dictadores, hasta en su propio lecho.
Soplarán con fuerza los vientos huracanados
para arrancar las ramas muertas que impiden el crecimiento
del árbol de nuestra sociedad abandonado,
y que hoy salvamos, después de tanto tiempo.
A su sombra todo nuestro pueblo se pondrá a trabajar,
con la tranquilidad de que seguirá creciendo,
para que a todas las familias pueda cobijar,
y nunca más, a mi pueblo ver sufriendo.
Autor: Mambí
Corría con fuerte brío y con natural alegría,
sus hebras de oro se agitaban al viento,
su risa escandalosa era música que recibía,
como dulce miel, para mi alma por aquel tiempo.
No sabe mi niña cuánto la quiero,
hace tanto que no le doy un beso y un abrazo,
desde que tuve que abandonar nuestro amado suelo
mi vida se apaga, como el sol en el ocaso.
Hemos perdido una parte de nuestras vidas,
que no podremos jamás recuperar,
yo como padre, y tú como hija,
que hoy sólo, podemos lamentar.
Hoy me enfrasco en una lucha sin cuartel,
para evitar que las familias sigan sufriendo,
todo lo que hemos tenido que padecer,
no tenga nuestro pueblo, que seguir padeciendo.
Solo queda el camino de la derrota
para aquellos que tanto daño han hecho,
cuando el viento del pueblo con fuerza sopla
tiemblan los dictadores, hasta en su propio lecho.
Soplarán con fuerza los vientos huracanados
para arrancar las ramas muertas que impiden el crecimiento
del árbol de nuestra sociedad abandonado,
y que hoy salvamos, después de tanto tiempo.
A su sombra todo nuestro pueblo se pondrá a trabajar,
con la tranquilidad de que seguirá creciendo,
para que a todas las familias pueda cobijar,
y nunca más, a mi pueblo ver sufriendo.
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