Continúa la dictadura-dinastía de los Castro, imponiendo leyes que afectan en gran medida a la juventud cubana.
La nueva ley de seguridad social, que propone un aumento de la edad de jubilación en cinco años, es decir, 60 años para las mujeres, y 65 años para los hombres, afecta directamente a la juventud.
Las pensiones que perciben los jubilados son en extremo bajas para el actual coste de la canasta básica, a ésto sumándole el depreciado valor del peso cubano, se arriba a la conclusión, que más que afectar a la población en edad de jubilación, afectará en grado sumo a la juventud, ávida de puestos de trabajo.
Pues la población en edad de jubilación, se ve obligada a trabajar para poder subsistir.
Según la dictadura-dinastía, el desempleo en Cuba asciende a solo el 1,9%. Sería interesante saber en cifras, el número de habitantes en edad laboral que pertenece a las FAR, MININT, PNR, y todos los organismos militares, de seguridad, comunicaciones militares, tropas especiales, seguridad del estado, etc., etc., etc., para saber que proporción de la población cubana se ha destinado para el consumo de lo que producen unos pocos. De no ser por el militarismo necesario para mantener en el poder a ésta dictadura-dinastía, es obvio, que esa cifra de desempleo aumentaría considerablemente. Es imposible que un país pueda desarrollarse, cuando una gran parte de la población en edad laboral, que debería destinarse para la producción de bienes materiales, alimentos, infraestructuras, y demás, esté destinada para consumir más de lo que se produce, de ahí, el endeudamiento continuo, que heredarán nuestros jóvenes de hoy día.
Por eso, esos agentes policiales, que agreden a nuestra juventud, que la reprimen, que la golpean, deben pensar que están golpeando a quién trabaja para que ellos coman, a quién trabaja para que ellos vistan.
El 19 de Septiembre de 1925, fué asesinado Enrique Varona Gonzalez, nueve veces sufrió prisión, pero de la cárcel regresaba más fortalecido y dispuesto a la lucha. Capaz de dirigir una huelga de 7000 obreros, y no perder la ecuanimidad en ningún momento, líder indiscutible. Éste joven obrero, fue asesinado a quemarropa por asesinos a sueldo.
El presidente de entonces era Gerardo Machado y Morales, apodado “el asno con garras”, por Rubén Martínez Villena.
Hoy la juventud lo tiene un poco más difícil, pues en vez de uno, tenemos dos “asnos con garras”.
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