La crisis financiera internacional, se ha convertido en la prueba más dura para los grandes eruditos que dirigen los hilos financieros que mueven la economía mundial.
Como si de una carrera de velocidad se tratase, se apresuran a pasos agigantados obviando y desechando los principios que rigen la convivencia en sociedad.
En ésta carrera va sacando ventaja sobre los EUA, la Comisión Europea, la que después de tantos esfuerzos infructuosos porque la banca otorgue créditos a empresas y particulares, en su intención por reactivar la semiparalizada economía europea, ha descubierto un filón, que asedia como si de la Fuente de la Juventud se tratase, ambicionando rejuvenecer un sistema financiero, a riesgo de secar la fuente con el lodo de la ambición y la codicia.
El encargado de ésta misión un tanto salvadora para unos, se encuentra de visita en Cuba en estos precisos momentos que se cumple el 6º Aniversario de la Primavera Negra. El comisario Louis Michel, cumple y se atiene fielmente a su compromiso adquirido con la entidad a la que representa, obviando todo aquello que pueda ser un impedimento al éxito de su encomienda.
Las Damas de Blanco, fueron hoy nuevamente reprimidas y repudiadas por las fuerzas represivas de la Seguridad del Estado Cubano, ellas, que solo desean que se liberen a sus esposos y familiares, los cuales no han cometido delito alguno, solo desear la libertad y el respeto de los Derechos Humanos en Cuba, esperaban un poco de solidaridad de aquellos que dicen son los embajadores de la democracia, mientras Louis Michel, intentaba negociar única y exclusivamente las finanzas, que supuestamente ayudarán a mantener a flote a la Comunidad Europea, y que de seguro, hundirá aún más, al oprimido pueblo cubano.
Los 54 presos de conciencia que aún permanecen en cárceles cubanas de los 75 encarcelados en la Primavera Negra, sin contar los desterrados, que aunque no están presos, no están en Cuba, los 200 presos políticos que en la actualidad engrosan la humillante cifra de la ignominia cubana, observan como la avaricia, la codicia, la ambición, y la falta de principios solidarios, poseen un rostro.
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