La Habana , 7 de abril .- Las recomendaciones del Consejo de Administración y el Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante la 288 reunión efectuada en noviembre del 2003 , exigiendo a las autoridades cubanas generar un clima de seguridad que permita a los trabajadores organizar libremente sus sindicatos , y negociar colectivamente , estén o no de acuerdo con las políticas sociales y económicas del régimen comunista, se las llevó el viento.
La Habana, ha desestimado las recomendaciones por considerarlas de índole política y no sindical . En ese contexto la OIT también exigió la derogación de las leyes que consagran la expulsión, el sindicato único, así como la necesidad de poner en libertad, a los sindicalistas independientes presos y condenados en violación de los más elementales derechos humanos, y que se ponga fin a los abusos y atropellos orquestados contra los trabajadores cubanos. Hasta la fecha, el gobierno no ha mostrado la intención alguna de cumplir con la letra y el espíritu de las recomendaciones.
La Habana mantiene una política anti-obrera, proscribiendo la libre elección del tipo de organización, el derecho de huelga , para lo cual ha contado con el respaldo incondicional de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Basta decir que antes de 1959, el Comité de Libertad Sindical de la OIT recibió 13 quejas procedentes de Cuba , entre 1990 y 2003 , este número ascendió a 19, concentrándose la mayor parte de ellas en los convenios 87 (sobre libertad sindical y la protección del derecho de sindicalización , adoptado en 1948) , y 98 ( sobre el derecho de sindicalización y negociación colectiva , proclamado en 1949) .
Las violaciones socio laborales, son tan habituales como la vida misma en el archipiélago cubano. Gobierno y CTC se han convertido en una punta de lanza contra la masa de trabajadores, pisoteándole los derechos al obrero , el cual se encuentra sumido en un estado de indefensión total .
La fuerza jamás podrá apagar la chispa de la libertad que ha prendido con fuerza en la mente y el corazón de la clase obrera cubana.
Reportó desde la Habana el periodista Carlos Serpa Maceira
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