La Habana, 13 de abril.- El régimen comunista de Cuba, habitualmente a través de sus voceros y los medios de prensa, todos bajo el control del Partido Comunista, le restan importancia al proceso democrático desarrollado en la isla antes de 1959.
En sus comentarios, ni citan, que un logro de la República, lo fue la Constitución de 1940, reconocida en su tiempo como la más progresista de América Latina. Para los cubanos que peinan canas, Fidel Castro al tomar el poder en 1959, incumplió las promesas de realizar elecciones libres en 18 meses, y restablecer la Constitución del 40.
El 22 de octubre de 1974, los habitantes de la Mayor de las Antillas, fueron espectadores de un ejercicio inédito de antidemocracia. Por decisión conjunta del Comité Central del Partido Comunista, y el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, fue designada una comisión mixta encargada de redactar el Anteproyecto de Constitución. Blas Roca Calderio, uno de los constituyentes de 1940, estuvo al frente de la comisión redactora.
El 24 de febrero de 1976, fue proclamada oficialmente en Cuba, una nueva Carta Magna, según informes oficiales, fue aprobada por el 97 ,7 % de los habitantes. Esta Constitución, no ha ofrecido alternativas, y ha dejado a los cubanos amarrados a un sistema dictatorial que anula la celebración de elecciones libres, y el derecho de estar representados en el gobierno por medio de representantes libremente escogidos. Desde mi óptica, dicha Constitución nació de la voluntad del Partido Comunista, patentizando la ausencia de democracia.
En Mayo del 2002, el opositor Oswaldo Payá Sardiña, Coordinador Nacional del Movimiento Cristiano Liberación, y otros activistas entregaron en la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), más de 11 mil firmas de cubanos que demandaban un referéndum que cambiara las leyes de la nación.
La iniciativa ciudadana conocida bajo el nombre de Proyecto Varela, de acuerdo a los artículos 63 y 88 de la Constitución, facultaban a los ciudadanos presentar una petición si, 10 ,000 o más habitantes la firman.
El Gobierno calificó de contrarrevolucionario el Proyecto Varela. No le dio curso legal a la petición, y en Junio del 2002, para contrarrestarlo aprobó una reforma a la Carta Magna, que declaró el carácter irrevocable del Socialismo en Cuba.
A los cubanos se les puede llamar ciudadanos carentes de una legítima Constitución, La Habana no ha asegurado a los ciudadanos una activa participación en la vida económica, social y política, así como en la toma de decisión, manipulándolos a su antojo.
La Constitución Socialista de 1976, no refrenda derechos y libertades, que en otras naciones del mundo, los ciudadanos disfrutan. La Ley de Leyes, dictada en Cuba ha erosionado la libertad y la democracia, al decir del Apóstol José Martí…” Imponerse es de tiranos, oprimir es de infame…”. El Gobierno de Cuba tiene la palabra.
Reportó desde La Habana el periodista Carlos Serpa Maceira.
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