Pese a las amenazas y represión gubernamental, las calles de Irán continuaban colmándose de valientes opositores pacíficos, que, entre aplausos, consignas y canciones, salen en reclamo de justicia y respeto a la libertad de expresión para su pueblo. Pero lo que comenzó como una protesta pacífica, nuevamente es reprimida violentamente por las autoridades islamistas, y los gritos a favor de la justicia se convierten en gritos de desesperación, miedo y confusión. Con bastones, la policía arremete contra los manifestantes; les pega, los tira contra el suelo, los persigue agresiva e indiscriminadamente. Repentinamente, las calles vuelven a teñirse de sangre. Así lo muestra este video. Un joven es gravemente herido de bala. Otras personas que lo acompañaban se apresuran a socorrer a esta nueva víctima de la censura y la opresión. Otro manifestante también resulta herido, mientras varias mujeres intentan limpiarle la herida en la cabeza y la sangre que le corre por el rostro. Pero llega la noche y las protestas en contra de los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio continúan. La oposición iraní no se rinde, permanece firme ante su afirmación de que los comicios fueron manipulados y fraudulentos. La realidad iraní actual muestra a un gobierno que rehúsa permitir la libertad de expresión, y a un pueblo valiente, que contra todo obstáculo, está determinado a continuar luchando de forma pacífica por lo que es el derecho de cualquier ciudadano: el derecho de manifestarse, de ser escuchado, de expresarse libremente y de pedir que su voto cuente en unas elecciones libres, pluripartidistas y democráticas. (Video cortesía de la Cadena de Televisión Persa de la Voz de América).
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