Hace 45 años. El fallido intento de implantación de la Revolución Cubana en la Argentina
A las cuatro de la tarde de un 21 de julio de 1964, en el edificio de la calle Posadas 1168, en pleno Barrio Norte de la Capital Federal, todo volaba por los aires. Este acontecimiento del cual hoy ya no se habla, esconde un trasfondo más complejo que merece ser recordado, pues devela lo cerca que estuvo la Patria de ahogarse en el yugo castro-marxista, como así también la absoluta desidia y estupidez de nuestro cuerpo social, que como veremos, no es patrimonio exclusivo de nuestros días.
En abril de 1963, durante la presidencia del doctor José María Guido -que había reemplazado al doctor Frondizi- se descubrió de manera fortuita el accionar de un activista identificado como Benito Moya, quien estaba reclutando gente en la frontera con Bolivia, poniéndose en alerta a los servicios de inteligencia y a la Gendarmería Nacional.
En junio de ese mismo año el periodista argentino Jorge Masetti, del diario El Mundo, que había entrevistado a Fidel Castro y a Ernesto Guevara durante la guerra revolucionaria contra Batista, y que se había quedado en Cuba para "participar" de la revolución, fue destinado con el grado de "segundo comandante" al noroeste argentino para organizar una columna guerrillera que actuara como apoyo de los planes que el Che ("primer comandante") tenía para Bolivia, con la intención ulterior de convertir a la Argentina en el centro de irradiación de la revolución marxista en Sudamérica.
El cubano Abelardo Colomé Ibarra -quien posteriormente siendo general fuera ministro del interior del régimen- fue el responsable de planificar la "Operación Penélope" en la que también actuaba como responsable militar el capitán cubano Hermes Peña, hombre de gran experiencia en combate, muy apreciado por el Che. Este último impuso a Masetti una zona de operaciones comprendida entre las provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán, expresándole que Regis Debray (filósofo francés que luego sería "El Judas del Che Guevara") se les uniría al año siguiente, para ampliar la red organizada por John W. Cooke, con la prevista participación de los hermanos Santucho. Pero subestimaron la real capacidad de Gendarmería Nacional y sobrestimaron el apoyo que la población daría a su "ideal revolucionario".
Entre Septiembre de ese año y marzo de 1964 fueron instalados seis campamentos donde se dejaron pertrechos y comida, comenzándose a incrementar los contactos y reclutas en Buenos Aires, Córdoba y otros lugares del país, que en general, eran los comandos revolucionarios peronistas creados por Cooke, y también miembros de la Federación Juvenil Comunista, la mayoría estudiantes, a los que en el monte, el Capitán Hermes Peña entrenaba en una rígida disciplina, lo que produjo algunas deserciones que a su vez originaron fusilamientos, como los de Adolfo Rotblat y Bernardo Cronswald "para dar el ejemplo".
Mientras que en el orden local el reclutamiento era casi nulo, algunos pobladores ya habían alertado al Escuadrón de Gendarmería de Orán y se investigaban varios informes. Comenzaba a sospecharse que aquellos individuos no eran ni cazadores ni contrabandistas.
En marzo de 1964, un suboficial y un gendarme de civil visualizaron grupos armados, y posteriormente se juntó información de las rutas y los contactos de los guerrilleros, lo cual motivó que una patrulla de Gendarmería Nacional lograra detener a cuatro miembros del EGP en la zona de Santa Rosa, los que dieron información parcializada sobre el grupo.
Al poco tiempo se detuvieron otros dos guerrilleros, que resultaron ser policías federales que operaban infiltrados.
También, en los primeros días de marzo en el Depto. de Punilla, en Córdoba, se detuvo a siete personas con armamento, planos y documentos. Estaban en un campamento de instrucción bautizado "Camilo Cienfuegos" que dependía del EGP de Orán. Poco después se detenían a ocho miembros más en los montes; y luego se detuvo al jefe de la logística en Jujuy, allanándose también un hotel en Salta.
A esa altura de los acontecimientos el Presidente de la Nación, Dr. Arturo Illia, ordenó todo lo necesario para reprimir las actividades de los insurgentes. Así, la VII Agrupación de GN fue reforzada y comenzó una operación de pinzas para poner fuera de combate a los guerrilleros. En varios enfrentamientos algunos elementos fueron abatidos y se tomaron prisioneros. Pero el 18 de abril, en un encuentro fortuito y mientras una patrulla de GN perseguía a dos guerrilleros, uno de éstos, el capitán cubano Hermes Peña, mató al gendarme Juan Adolfo Romero, quien pasó a ser el primer muerto por la guerrilla castrista en nuestro país.
Tres días después, Peña y un médico guerrillero caían en combate; y los pocos que quedaban fueron muertos o tomados prisioneros. Esa aventura había terminado.
El 26 de marzo de 1964, el Director de Gendarmería Nacional, General Julio R Alzogaray dijo que éste no era "un hecho aislado", sino "el primer paso de una Guerra Revolucionaria" en nuestro país y acotó, que a pesar de que "ciertas autoridades" y el público fueran remisos "a creer la realidad", esa Guerra Revolucionaria ya había comenzado...
El 21 de julio explotaba por accidente la bomba en el primer piso del edificio de la calle Posadas 1168, quedando destrozados por sucesivas explosiones la PB y siete pisos del edificio. Se encontraron, bombas y partes para fabricarlas, munición de varios calibres, una ametralladora PAM, un fusil Beretta, varias armas cortas, más de cien granadas, proyectiles antitanque, elementos de comunicaciones, revistas cubanas, literatura marxista, panfletos, planos y croquis de unidades militares, comisarías e ingenios azucareros de Tucumán y del noroeste argentino y Córdoba.
En la explosión murieron terroristas que fueron identificados como Lázaro Saúl Feldman -cabecilla del grupo-, Hugo Pelino Santilli (médico de FOTIA), Raúl Reig y Carlos Schiavello; también murió Angel Bengochea, líder de las FARN (Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional), que manifestaba simpatías por el peronismo, aunque su doctrina era trotskista y partidaria del accionar violento.
La documentación hallada permitió establecer la directa relación entre ese grupo y los planes cubanos para el Noroeste Argentino, que desde hacía un año venía montando el EGP de Masetti en Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Tucumán, Córdoba y Santiago del Estero, lo que reveló no solamente la existencia de esa célula, sino también una notable capacidad operativa con buena logística, demostrada por la calidad de los trabajos realizados, especialmente en lo referido a los datos de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
Con este descubrimiento se pusieron en evidencia no sólo planes estratégicos y tácticos para la guerrilla rural, sino también la urbana, sobre la base del "Manual del Guerrillero Urbano" del brasileño Carlos Marighella, con lo que se estaba anunciando lo que pasaría después con el estímulo, cooperación e instrucción del Partido Comunista de Cuba.
Años más tarde, en 1999, el hijo del "comandante segundo", Jorge Masetti (h), quien pasara por las filas del castrismo y del ERP, se fugó de Cuba con su familia y escribió un libro, titulado "El furor y el Delirio". En uno de sus párrafos dice: "Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia de Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la Cordillera de los Andes La Sierra Maestra de América Latina, donde, primero hubiéramos fusilado al enemigo, después a los opositores y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo".
Por Fernando Lema, para El Ojo Digital Sociedad.
Referencias:
"Por amor al odio", de Carlos Manuel Acuña Sumario nº 10/64, del Escuadrón de Gendarmería Nacional 20 "ORÁN" "Guerra Revolucionaria en la Argentina (1959/1978)", del Gral. Br. (R) D. RAMÓN G. DÍAZ BESSONE "Los gramscianos argentinos", de RAÚL BURGOS, "MILITANCIA PERONISTA PARA LA LIBERACIÓN", Nº 8. |
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