Por: Roberto de Jesus Guerra Perez, Director del Centro de Informacion Hablemos Press(CIHPRESS)
Por: Jorge Alberto Liriano Linares, Prisionero Político, desde la prisión dicta los textos.
Camagüey, 30 de Agosto- del Buró de trabajo Hablemos Press/ Los ciudadanos Gustavo Ernesto Bermúdez Arzuaga y Leibis Maray Calas Andújar, vecino de la calle # 4, en el reparto El Jardín en esta ciudad de Camagüey, han perdido la confianza en la justicia revolucionaria y así lo expresan en una misiva enviada recientemente a este reportero.
Argumentando ambos haber sido objeto de un asalto en el mes de octubre del pasado año, donde perdieron una cadena de oro y un reloj, sin que aún los verdaderos autores de la vandálica acción hayan sido detenidos.
Pero no es eso lo más doloroso para ésta familia cubana, sino que en el lugar de los verdaderos autores del atraco, se encuentra cumpliendo 10 años de sanción por el hecho una persona totalmente inocente, al que ellos en ningún momento reconocen como el autor del delito y que la policía en el proceso investigativo lo inculpó injusta y arbitrariamente, para luego presentarlo a un tribunal corrompido y dócil que responde a los intereses de las fuerzas policiales del régimen.
La sala segunda de lo penal del tribunal provincial popular de Camagüey, presidido por la licenciada Oslaida Caballero García, quien dictaminó sentencia en la causa numero 15/ 2009 contra el ciudadano de la raza negra, Justo Alexander Aguilera Valdés, de 31 años de edad.
En la opinión de Gustavo, que aún durante el proceso y en la propia vista del juicio oral, dejó de reconocer al presunto culpable, lo que fue multado por perjurio al no ceder a la imposición del estrado contra un ser humano totalmente inocente.
No hay nada más absurdo, ni más criminal que la discriminación, pues encarcelar y sancionar a un ser humano inocente por su raza y antecedentes penales de antaño, sin elementos probatorios de un proceso plagado de infamias y arbitrariedades, encierran un profundo desprecio para el sentir de la humanidad.
Un juicio totalmente amañado para inculpar a un negro inocente, padre de una familia humilde, cuando los verdaderos culpables andan libres en las calles cometiendo nuevos atracos contra la ciudadanía y el patrimonio del pueblo, es un crimen que hace temblar la injusticia, concluyó este cubano de buena voluntad.
Al cual la conciencia no lo deja vivir en paz, después de vivir en carne propia la corrupción y los abusos de poder de los departamentos judiciales y policiales, y las graves violaciones a los derechos y libertades ciudadanas que se están cometiendo en la isla.
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