Por: Magali Norvis Otero Suarez.
Centro de Información Hablemos Press (CIHPRESS).
La Habana, Cuba, Hablemos Press/El viernes 25 de septiembre en la mañana, Roberto de Jesús Guerra Pérez, bloguero y periodista se presentó en el Tribunal Provincial Popular del municipio Güines, a donde fue citado, para la celebración de la vista oral de un juicio pendiente desde el 2007, el cual fue suspendido anteriormente en 4 ocasiones.
No le sorprendió que el Tribunal Popular Provincial de Provincia Habana, estuviera cercado por entre 70 y 80 agentes de la Policía Nacional y la Seguridad. Al frente de los gendarmes se encontraban oficiales de la policía política, implicados en la represión contra los grupos democráticos y en especial contra el periodista independiente.
Antes de empezar el juicio, el abogado César Julio Turro Sotolongo, nombrado por Roberto, fue despojado del caso por una resolución inexplicable que le impide actuar en Juicios en calidad de abogado defensor durante un semestre. Además, faltaba en el expediente el contrato de su intercesor.
La arbitrariedad indignó al profesional, por la tendencia y la violación al juicio debido, y protestó verbalmente ante la autoridad. La respuesta fue el silencio cómplice, la mirada esquiva, y la aceleración del comienzo del juicio.
A las 10:30 horas comenzó una sesión única que terminó a las 3:40 de la tarde. Cinco horas transcurrieron. El expreso político y activo militante por el respeto de los derechos humanos observó durante ese tiempo, como se diferenciaba la actuación de los jueces hacia su persona. Fue cacheado al entrar a la sala a la que solo se dejó entrar a los familiares de los implicados y a no menos de diez uniformados y otros policías de civil.
El 31 de diciembre del 2007, el periodista se encontraba descansando en casa de su hermana en la finca Ojo de Agua, Melena del Sur, al sur de la Habana. Allí llegaron dos violentos a golpear a una señora presente de visita. Golpearon y apuñalearon. Mediaron las palabras violentas que anteceden a la muerte.
El esposo de su hermana Lázaro Rosa, trató de interceder por la victima y fue dejado inconsciente y salvó la vida por la intervención de médicos y paramédicos ya en el hospital. Los hechos fueron verificados por los jueces. Se reconoció que el informador había actuado en legítima defensa y para evitar males mayores. No obstante, en la vista se notó el ánimo prejuiciado de los defensores de los violentos, quienes aprovecharon la intolerancia del régimen contra los demócratas, para atacarlo verbalmente.
El juicio quedó concluso para sentencia hasta el 15 de octubre. Las interrogantes de todos los citados es si después de aclarado los hechos donde se presenció que el periodista intercedió en legítima defensa de una mujer, será sentenciado por un tribunal prejuiciado por la policía política.
Guerra Pérez se involucró en un hecho violento que ocurría ante sus ojos, con el objetivo de evitar males mayores y ante la ausencia de las autoridades. Las autoridades del tribunal provincial de La Habana, tienen la oportunidad de hacer justicia.
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