La Meta de Todos
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Cuantas veces nos preguntamos y nos preguntan ¿Por qué el pueblo cubano no se rebela? La respuesta la tratamos de explicar en la sofisticada maquinaria de control social y represión del régimen totalitario. Sin embargo, existe otro ingrediente, todavía más paralizante de la acción opositora del ciudadano y del pueblo en general: El Sídrome de Estocolmo.
Este mal es una respuesta psicológica por la cual la víctima resulta ser una persona detenida o sometida contra su propia voluntad, y en donde se produce una relación de complicidad con su opresor. Bajo estas condiciones, los reos o sometidos terminan por ayudar o colaborar con sus captores u opresores.
Debe su nombre al hecho ocurrido en 1973 en la ciudad de Estocolmo, Suecia, durante el robo al banco Kreditbanken, los delincuentes mantuvieron a empleados y clientes como rehenes por varios días. Cuando se rindieron a la policía, la prensa captó el momento en que las víctimas besaban a sus captores y defendieron a los delincuentes, negándose a colaborar en el proceso de investigación policial.
La lealtad a un abusador poderoso es común entre víctimas de violencia doméstica, los maltratados y el abusador de menores. Las víctimas prefieren seguir siendo fieles a su abusador u opresor, y eligen no abandonarlo dándoles su colaboración. Este síndrome se conoce en sicología como la identificación psicológica con el abusador poderoso.
Así como pasa en la relación individual, también ocurre en la relación de pueblo-gobernante. Un gobernante abusador y despótico llega a recibir en ocaciones la lealtad de un pueblo sometido a él por mucho tiempo. Aún a expensas y a sabiendas de que estan recibiendo un daño a causa del dictador.
Esta situación se produce en Cuba. Muchos de los que calladamente cuestionan al régimen imperante, colaboran con el sistema, inflingiédose así, un autodaño. Tiene como resultado afianzar el sistema esclavizante a que son sometidos los ciudadanos. Pasaba lo mismo, aunque sin saberse su explicación sicológica, con los esclavos respecto al amo. También con los siervos respecto al señor feudal. Con los subditos respecto al rey absolutista.
La sicología menciona varias posibles causas de dicha conducta, que llevados a una macrovisión social son las siguientes:
· El pueblo-víctima, como el opresor, tratan de salir ilesos y por eso cooperan con el dictador. El oprimido trata de evitar más daños dada situaciones incontrolables por lo que cumplen los mandatos del dictador.
· Los victimarios u opresores se presentan como benefactores de los esclavizados o las víctimas, para evitar una escalada de los hechos en la cual puedan perder el control, y por ende, el poder. Por tanto, surge una enfermiza relación emocional de agradecimiento o admiración con sus amos, o para, con el dictador, sobre todo cuando es carismático, como en el caso de Hitler, Stalin, Mao o Fidel.
· Al oprimido le es dificil internalizar y comprender esta pérdida de libertad y autodeterminación que padece, por lo que trata de autoconvencerse, ayudado por la masividad de la monopolizada prensa y propaganda estatal, de actuar de acuerdo al dictamen del opresor.
Muchos cubanos, aun cuando salen de Cuba, estan varios meses con temor de hablar, de expresarse, de protestar, aunque esten en un país libre, porque su mente está afectada con el Síndrome de Estocolmo. Muchos no se atreven a actuar contra la tiranía en el exilio porque temen a la pérdida de la prevenda de ir a visitar a sus familiares o a que estos reciban represalias allá. El Síndrome de Estocolmo sigue funcionando en el subconsciente.
Solo cuando se logra internalizar que el sistema hace un daño a la persona, a la sociedad y al país, y se llega a comprender que cooperar con el dictador es inflingirse una especie de “Harakiri Social”, empieza a curarse de este Síndrome nocivo. Cuando comprende que la única forma de salirse del dañino círculo vicioso de la cooperación con el tirano, es actuar en oposición directa al sistema dictatorial imperante, entonces es que el ciudadano empieza a despertar como por una reacción en cadena, como cuando despertaron los pueblos en el Campo Socialista y comenzaron a actuar frontalmente contra sus opresores, y se tumbó el Muro de Berlín.
Esta es la reflexión real que al comenzar el nuevo año, debe hacerse cada ciudadano cubano, sobretodo los que viven cautivos en la Isla: Forjarse la autoconciencia de que hay que romper con el Síndrome de Estocolmo, declarándose en rebeldía total contra el sistema opresor. Determinarse a adquirir conciencia de que la pasividad y la cooperación solo conducen a la esclavitud y a incrementar el daño, no solo para sí, sino para su familia, sus amigos, sus vecinos, sus conciudaddanos y las generaciones futuras del país, y que la respuesta y solución de todos los cubanos está en la acción opositora, frontal, directa y contraria, al deseo del dictador y su oligarquía gobernante. Que su misión real, para bien de cada uno de nosotros, de sus hijos, de sus generaciones futuras y de la patria, es sacurdirse totalmente el yugo que el tirano nos ha impuesto. La meta de todos: Volver a ser libres.
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