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lunes, 15 de febrero de 2010

Por “La Nueva ERA”

Por Francisco Sau Boíx.


 

Raúl Castro se reúne con ministro de exteriores de Rusia

Acertar en un pronóstico no siempre resulta agradable, sobre todo, cuando se trata de vaticinar algo que impide la culminación de un deseo tan aclamado, como es el caso del nacimiento de la tan esperada "Nueva Era" que está por llegar para nuestro pueblo cubano, y a lo que factores ajenos a la voluntad de la gran mayoría de nuestro pueblo, hacen que se retrase; solo eso, porque el alumbramiento es inminente.

Esa "Nueva Era" ya tiene forma en el pensamiento de todos los cubanos, la dibujamos, la soñamos, y la moldeamos, al tiempo que nuestros corazones laten cada vez más fuerte, por la certeza de que el alumbramiento está próximo a sucederse. Nos exaltamos con el solo hecho de imaginarnos que nuestros hogares nuevamente se llenarán de luz al ver a todas las familias reunidas. Nos aflora un brillo en los ojos a la vez que expresamos con una leve sonrisa, tímida y triste a la vez, al imaginarnos que nuestras calles lucirán sus mejores luces con los solos destellos de la sonrisa cubana asomada por la picaresca que siempre nos caracterizó, y que hoy se esconde tras la ironía por el descontento popular, producto de la amargura de una lucha por la supervivencia que no nos da tregua, y la presión que casi nos aplasta de la enorme maquinaria creada por la dinastía Castro, y que sobre nosotros continuamente ejerce la represión y el hostigamiento.

Exactamente el 08 de febrero de 2010, vaticinaba que durante la celebración de la Feria Internacional del Libro de La Habana, el monarcastro II, Raúl Castro Rúz, segundo presidente por sucesión familiar de la Dinastía Comunista de Cuba, aprovecharía la celebración del citado evento para buscar nuevos puntales, o antiguos puntales ya caídos e intentarlos recuperar, para sostener a su tambaleante dictadura. Para ello, cursó invitación formal a Rusia, a través de su embajada, otorgándole la categoría de invitado de honor.

Rusia, quien durante la Segunda Guerra Mundial se destacó en la lucha contra el fascismo nazi, liberando con la ayuda internacional a Europa de los horrendos crímenes y humillaciones que padecieron durante la época más oscura y funesta que haya vivido la humanidad, se traza una nueva meta en política internacional, pero contraria a lo que le mereció respeto y admiración.

Si su acercamiento a Venezuela y su presidente, Hugo Chávez, con la sola intención, o eso creemos, de comercializar el producto de su gran industria armamentista, con tal de obtener sustanciosos ingresos y poder sortear la crisis financiera internacional que afecta a todo el orden económico de nuestro mundo en la actualidad, preocupaba, por el hecho que todos conocen de las declaraciones y proceder irresponsable de quien ha lanzado gritos de guerra contra sus vecinos, por ejemplo, contra Colombia, y no se esconde para gritar que apoya al grupo terrorista de las FARC, y se ha convertido en una verdadera amenaza para la paz y la estabilidad de toda la América Latina y el Caribe, preocupa aún más, su acercamiento a Cuba.

Según declaraciones del propio ministro de exteriores ruso, Serguei Lavrov, publicado en nota de prensa, trabajan conjuntamente en el trazado de una asociación "estratégica", incluyendo la cooperación en sectores de la economía, la cultura, la educación y la "política".

La unión entre Cuba y Venezuela, que más que unión, se pudiese catalogar de fusión, dada la penetración cubana en diferentes órganos vitales del estado venezolano, preocupa no solo al pueblo venezolano, sino al conjunto de la América Latina, incluyendo, al vecino más poderoso en el norte, los EEUU, acrecentándose ésta preocupación, con el acercamiento cada vez más continuo, de Rusia.

Hay un pasaje de la Segunda Guerra Mundial, que si bien quedó opacado por la decisiva intervención de Rusia en la derrota del imperio nazi, no deberíamos olvidar, sobre todo, por la compleja situación política que vive la América Latina, y su similitud, con los acontecimientos que propiciaron el inicio de aquella Segunda hecatombe para la humanidad.

Se considera el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la invasión por parte de Alemania a Polonia, el 1º de septiembre de 1939. También, la invasión de Japón sobre China (en Julio de 1937), y la de EEUU y las colonias británicas y holandesas sobre Asia.

Como pueden apreciar, fue un conjunto de acontecimientos bélicos e irresponsables, que recibieron la respuesta adecuada por los países agredidos, la resistencia y la lucha armada, multiplicándose en una escalada tan desastrosa como el número representativo de víctimas que dejó, el 2% de la población mundial pereció, aproximadamente 60 millones de personas.

Pues bien, casi nadie sabe o recuerda, que Rusia colaboró en el inicio de aquella hecatombe, cuando después de un pacto secreto con Alemania, invade Polonia por el Este, el 17 de septiembre de 1939, solo 16 días después de que lo hiciera Alemania, ayudando a tomar Polonia, y colaborando en el inicio, de lo que fue el fin, del 2% de la humanidad.

El complejo y convulso teatro político de América Latina, es uno más que vive el planeta en estos momentos, pues tenemos Irak, Irán y Afganistán, como focos calientes, que ayudan a subir la temperatura política de nuestro planeta.

El acercamiento de Irán a Venezuela, es seguido por los estudiosos y políticos internacionales con gran atención. La alianza Venezuela, Cuba e Irán, es una mezcla que pudiese producir una explosión capaz de desencadenar una serie de acontecimientos que pudiesen llevarnos a vivir los horrores de la Segunda Guerra Mundial, y peor aún, pues como todos sabemos, los desarrollos científico técnicos alcanzados por la humanidad, son superiores en cuanto a armas para auto-destruirnos.

Una vez más, Rusia hace presencia en la historia con su irresponsable política internacional. No sabemos si hay pactos secretos como lo hizo con Alemania en el 1939, pero de que está ayudando a subir la temperatura política de nuestro planeta de forma irresponsable, es evidente. También es evidente, que ya no ayuda a liberar víctimas de campos de concentración, sino que ayuda a los victimarios que erigen campos de concentración.

Los polacos en su día, derrotados por la alianza de Rusia con Alemania, continuaron luchando con un poderoso movimiento de resistencia. Así los cubanos, debemos mantenernos también, unidos y resistiendo en la lucha por la plena libertad de nuestro pueblo, a pesar de que "invasores" como Venezuela y Rusia se opongan al nacimiento de la "Nueva Era", que tanto ansiamos.

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