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jueves, 18 de marzo de 2010

Dolor y preocupación

Por Aimée Cabrera.

Hondo dolor y preocupación siente una buena parte del pueblo cubano que posee un mínimo de compasión, cuando ve o escucha las noticias desgarradoras sobre el estado de salud de Guillermo Fariñas, conocido como Coco, el cual ha empeorado de manera visible.

La prensa oficialista en apoyo a los dirigentes del gobierno trata de desacreditar a quienes como Zapata, o Fariñas han tratado de hacer llegar sus quejas a través de la huelga de hambre, método criticado por su acción autodestructiva, el cual necesita de inmediato una óptima atención médica.

Ésta ha sido negada a Fariñas, y se ha convertido en lógica preocupación de todo el que se entera de esta situación tan cruel, que pone en evidencia a un sector que vive de los halagos recibidos por las misiones médicas realizadas en otros países mientras que, la que está al alcance del pueblo cubano, es negada cuando el enfermo está vinculado a razones de índole políticas.

Ahora, ante el empeoramiento de la salud de este periodista independiente de la región central cubana, se ha solidarizado con él, Félix Antonio Bonne Carcassés, ingeniero y ex profesor universitario, uno de los autores y firmantes del documento La Patria es de Todos, el 27 de junio de 1997, junto a René Gómez Manzano, Vladimiro Roca Antúnez, y Martha Beatriz Roque Cabello.

Bonne ha dado a conocer su compromiso de empezar una huelga de hambre hasta sus peores consecuencias, en caso de que Fariñas llegara a fallecer. Este destacado disidente, también de la raza negra, apoya con su actitud a quienes como Zapata y Fariñas, han sido desacreditados por comportarse como ingratos, al no agradecer “las bondades” discriminatorias del gobierno, hacia quiénes con su moral en alto, son capaces de dar a conocer las realidades vergonzosas que pisotean los artículos contenidos en La Declaración Universal de los Derechos Humanos.

No es una cuestión de negros ni de blancos, es una situación degradante que pone en tela de juicio el comportamiento de los dirigentes cubanos negados a escuchar a quienes no comparten sus ideales. No es momento de desprestigiar, sino de reflexionar, y buscar vías encaminadas a la unidad de todo el pueblo cubano y a una certera reconciliación.

Son muchas las personalidades, y las instituciones mundiales que han condenado al gobierno cubano, a la vez que han demostrado su más sincera solidaridad hacia todos los presos políticos y de conciencia, y hacia la oposición cubana en general.

Esta actitud ha desencadenado un visible malestar en los dirigentes cubanos que no toleran las certeras críticas de quienes están a favor de la equidad y la democracia en el mundo.


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