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lunes, 5 de abril de 2010
LA FE DE LOS CUBANOS
Cuando estoy redactando las respuestas a los discursos del Señor Frei Betto, de la Señora Caridad Diego y del Reverendo Rául Suárez, publicados en el periódico Granma el Viernes Santo 2 de Abril, me comunican que en la prisión Combinado del Este al prisionero de conciencia Regis Iglesias Ramírez, le fue negada la asistencia a los oficios que celebró el Cardenal Ortega. Ningún prisionero de conciencia pudo estar presente en esos oficios.
Regis Iglesias, es un joven de Liberación, es uno de los Prisioneros de la Primavera de Cuba, vocero de nuestro movimiento, condenado a dieciocho años por impulsar el Proyecto Varela. Al igual que otros prisioneros de conciencia cubanos, se niega a vestir el uniforme de prisionero común. Pero Regis sabe, como todos nosotros, que para Jesús no son barreras las paredes y las rejas de esa inhumana prisión, y que allí está con ellos celebrando su Resurrección.
A Regis y a muchos prisioneros políticos le imponen como condición vestir el uniforme de prisionero común para asistir a los oficios religiosos. Ellos no aceptan el chantaje.
Esa mentalidad del condicionamiento, es semejante a la lógica del Señor Betto, según la cual, los cristianos pueden ser aceptados como tales para apoyar la revolución o más bien el proyecto totalitario impuesto en Cuba. Esa doctrina “de ponerse el uniforme” y no la del derecho inalienable de los hijo de Dios, ha estado en el fondo de la labor de Frei Betto en Cuba.
Frei Betto (no sé si aún es fraile, lo digo con respeto) en Cuba ha sido la antítesis de la liberación, pues ha propagado la doctrina de la sumisión, del condicionamiento, del alineamiento de los creyentes con el totalitarismo como condición para el respeto al culto religioso. Con su apoyo a un régimen opresivo, él no defiende el derecho ni la libertad de conciencia, sino que niega el derecho de los seres humanos cuya fuente es la primera libertad, sin condiciones, la libertad de los hijos de Dios. Su visión es reaccionaria y palaciega, él mira a los creyentes cubanos a través de Fidel Castro, por eso cuando pactó su libro lo hizo a través de ese prisma. Betto prefirió hablar de Fidel y la Religión.
Quiero hablar del pueblo de Dios, del pueblo y la religión, del cubano y su fe, como diría el padre Santana que murió en la diáspora.
Quiero hablar de otro fraile, fray Miguel Angel Loredo, siempre parte entrañable de nuestra iglesia, aunque está en el destierro, después de convertirse en “alguien molesto”. El fue y es, víctima de una patraña de estado, acusado con falsedades, juzgado y condenado a prisión donde estuvo por años. Estoy seguro, porque le conozco, en el no hay odio ni rencor, pero el ocultamiento de la verdad en cuestión, es una injusticia sostenida contra él, y contra la iglesia y el pueblo de Cuba.
Frei Betto pudiera denunciar esta injusticia contra otro fraile. Si Betto viene al barrio del Cerro, aquí en el parque Manila, verá un letrero pintado en Julio de 2006, que dice: “en una plaza sitiada la disidencia es traición”. Lo escribieron turbas del Partido Comunista, los Comités de Defensa de la Revolución dirigidos por la Seguridad del Estado, bajo órdenes del gobierno en represalia por el lanzamiento del Programa Todos Cubanos (www.oswaldopaya.org), algo que jamás se atrevería a publicar, como no ha publicado el Proyecto Varela.
Ese domingo de Julio del 2006, regresábamos de la iglesia mi esposa, nuestros tres hijos y yo. Ahí estaban las turbas, apoyadas por policías uniformados, provocándonos, haciéndonos fotos y burlas con toda la fuerza de la cobardía que da este poder. Días después, completaron el cartel poniendo como firma San Ignacio de Loyola. Otro acto de repudio el 29 de Julio de ese año, también frente a mi casa y terminaron cantando la Internacional. “Ni César, ni burgués, ni Dios”, dice en su nostalgia estalinista. El asunto es que en el Libro de Ignacio Ramonet (el de Le monde Diplomatic) que al parecer ya se escribía por aquellas fechas, aparece en las primeras páginas la frase “en una plaza sitiada la disidencia es traición”.
Ramonet, al igual que Betto, hizo un libro con Fidel Castro, pero de 100 horas, en eso superó sus 23 horas. Por eso, por la cuestión de los libros es que cito este hecho. Yo sé que los cubanos piensan y piensan bien.
Frei Betto aquí en Cuba es un hombre del palacio, no ha defendido al pueblo, sino al status de la minoría en el poder, no ha defendido a los pobres que no tienen ni voz para decir que son pobres. Aquí en Cuba puede hablar a través del Granma, órgano oficial del Partido Comunista e insultar a millones de creyentes cubanos, desfigurando la historia y la realidad de la persecución y de la opresión que hemos sufrido y que sufrimos. Betto, oculta el intento del régimen comunista de descristianizar nuestra vida, nuestra cultura. De esa manera, el régimen, pretendía anular o silenciar la fe de los cubanos, la raíz cristiana y la memoria cristiana de nuestro pueblo. Esa descristianización le era imprescindible para someter al pueblo totalmente y apropiarse perversamente de la persona humana. Toda una política de estado, y doctrina de estado que se realizaba en la negación sistemática de las creencias de los cubanos, de su moral, de sus valores, de su familia y de las tradiciones cristianas del pueblo.
Se realizó en la persecución, el confinamiento en campos de trabajo forzado a miles de jóvenes creyentes, el despojo abusivo. Se realizó y se realiza en la exclusión, la infamia contra los hijos y padres de la iglesia, el chantaje, el boicot, el adoctrinamiento ateo bajo coacción despiadada contra niños indefensos, los abusos más cobardes, el destierro y el martirio. Betto lo reduce todo irrespetuosamente diciendo que era una cuestión de “prejuicio de los comunistas y miedo de los creyentes”.
Ante todo y por justicia, debo decir a nombre de unos miles de cubanos, que todo ese horror, no logró que negáramos nuestra fe ni nuestra pertenencia a la iglesia. Muchos por esa causa sufren aún el destierro, en la iglesia de la diáspora cubana y otros dentro de Cuba, pero sin miedo, Señor Betto.
Se convierte Frei Betto, en alentador de la intolerancia y de la imposición de la mentira, abusando de la desventaja de un pueblo amordazado, reforzando el daño a nivel más profundo que ha hecho al ser humano este orden sin derechos, que todavía se impone por el miedo.
El pueblo cubano no necesita, ni quiere que alguien venga de afuera a ocupar el lugar de capellán del trono, porque es un lugar que ningún miembro de la iglesia en Cuba aceptó, ni aceptará jamás.
En Cuba, puede que hayan muchos comunistas, el caso es que siempre han habido muchos más creyentes, inclusive, cuando los comunistas no podían decir que eran creyentes. Hay un régimen de miedo contra los creyentes, contra los comunistas, contra los comunistas creyentes y contra los ni son creyentes ni comunistas, porque es el miedo contra los cubanos.
El camino de cambios pacíficos que proponemos junto a la mayoría de los que están en prisión injusta, lo pueden encontrar resumido en el documento “Unidos en la Esperanza” (www.oswaldopaya.org).
Lo invito a Usted Señor Frei Betto, a un debate o diálogo sobre esto y sobre lo que Usted quiera, en los medios de difusión cubanos que paga el pueblo, pero que Usted usa y nosotros no podemos usar para expresarnos.
Si Frei Betto quiere servir la causa de la justicia y la paz, que promueva el diálogo entre cubanos, sin exclusiones, como hombres y mujeres libres. Aunque lo tendrá que hacer desde el extranjero, porque si se atreve a hacerlo, ya no entra más a Cuba. Al menos por ahora. Él lo sabe, él sabe que aquí él tampoco es libre, aunque puede ser libre si se une en el espíritu del Movimiento Cristiano Liberación.
El perdón y la reconciliación lo lograremos en un ambiente de confianza, y esa solo se da en el respeto a los derechos y a la libertad de todos y cada uno de los cubanos, sin condiciones. Eso sí, es liberación.
Oswaldo José Payá Sardiñas
Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación
Domingo de Resurrección del año 2010
Posted by
Francisco Sau Boíx
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