Por: Lcdo. Sergio Ramos.
Si hoy día tuvieramos que usar un punto de referencia para la palabra coraje tendríamos que tomar a las Damas de Blanco.
Hemos visto con profunda admiración como un grupo de mujeres se enfrentan decididas a la poderosa maquinaria represiva de la más cruel y longeva tiranía del continente americano.
Solas, en una consistente campaña de desobediencia civil, se lanzaron a las calles habaneras portando ramos de flores, soportaron durante días el acoso de las turbas y policías que a empujones, improperios y golpes pretendían acallar el reclamo de justicia y libertad para sus familiares presos políticos y para su pueblo. Su valentía despertó la conciencia de muchos en el mundo, y quitó la máscara de “bondadosa” conque la dictadura-revolución suele venderse.
Los hechos fueron producidos en el momento oportuno, cuando ya la opinión pública veía espantada el horror del asesinato del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo y se conmovía ante el llamado de atención del periodista independiente Guillermo Fariñas y otros cuatro presos políticos, todos en huelga de hambre.
Durante siete días seguidos salieron a las calles, sin importar las consecuencias. Al final la dictadura se repliega y pone a sus esbirros a hacer un cordón alrededor de ellas para hipócritamente, tratar de acallar los reclamos acusatorios contra el régimen de millones de personas en cinco continentes.
Sacudieron también a nuestros compatriotas en el exterior, y provocaron una gigantesca marcha del exilio cubano en Miami en solidaridad para con ellas y de condena a la tiranía, al tiempo que las Damas de Blanco en Cuba hacían otra caminata en el Malecón habanero lanzando palomas blancas. Palomas de paz y hermandad, en medio de gritos, insultos y agresiones de las turbas castristas de corte nazista.
De pronto estamos en el punto de viraje ( turning point) de la tragedia cubana. El momento histórico donde las circunstancias se voltean para empezar el declive de aquellos que hasta este momento estuvieron en el lado vencedor. Un ‘momentum’ que ha marcado muchos acontecimientos que cambian el giro de la historia hacia el lado opuesto. Cuba está en ese ‘momentum’.
Al principio el ‘momentum” de cambio no se percibe, resulta imperceptible, pero en el curso del tiempo se va destacando. La Historia nos lo muestra cuando Napoleón invade Rusia en 1812 o cuando Alemania se enfrasca tercamente en la Batalla de Stalingrado en 1942 o cuando los obreros inician huelgas en Polonia en 1987.
Ha empezado a rodar una pequeña bola de nieve en Cuba. Hace más de dos décadas otra pequeña bola de nieve empezó a rodar en Europa. Once obreros de un astillero en Gandz, Polonia, se declaraban en huelga contra los abusos y la explotación de los trabajadores polacos por parte de la dictadura militarista y pro-soviética de su país. La bola se convietió en alud. El movimiento Solidariad ( ‘Solidarnoz’ ) empezó a crecer, y pocos años más tarde se desplomaba el totalitarismo comunista en Polonia.
Esas valientes mujeres cubanas recuerdan figuras de nuestra historia durante la Guerra de Independencia como Mariana Grajales. Recuerdan también otras mujeres de otras latitudes y tiempos históricos: En la Revolución Americana como Deborah Sampson (1760-1827) , o Agustina Saragossa Domenech (1786- 1857) durante las Guerras Peninsurales de España contra Napoleon I o las llamadas Mujeres de Toledo (Maria Toledo, Higinia Toledo y Cleofe Ramos ) en Concepción, Perú, cortando el Puente que daría acceso a las tropas españolas del Coronel Valdez en 1821 salvando la Victoria de las tropas del general José de San Martín en ese país.
Para Cuba ha llegado el momento de cambio. Estamos en el ‘momentum’ ( turning point). La bola de nieve advendrá en alud, y será la avalancha de pueblo que arrasará la dictadura e instaurará la libertad. Las Damas de Blanco, esas heroicas mujeres cubanas, junto al mártir de la patria Orlando Zapata Tamayo y al valiente Guillermo Fariñas, nos están señalando a todos los cubanos el camino a seguir. Un camino que todos los cubanos, sin banderías ni colores, al unísono, codo con codo, sin más distingo que el ser simplemente cubanos, tenemos por deber moral y conciencia humanitaria, que emprender sin dilación, ni excusa. Es el camino hacia la libertad. Es la nueva ruta de lucha. La ruta es la desobediencia civil de todo el pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario