La injusticia despiadada, la crueldad, son algunos de los ingredientes de esa fórmula represiva que inoculan al pueblo cubano, y en especial, a la población penal.
En el video Dania Virgen nos cuenta visiblemente emocionada y espantada, como pudo ver con sus propios ojos a una reclusa que cumplía once meses de encierro por vender bolsas plásticas, y que además, tenía dos hijos. La desesperación ante la injusticia, el sufrimiento de no saber seguramente de sus hijos, y la imposibilidad de gestión alguna, llevó a ésta reclusa a quitarse la vida.
Una sola historia personal del drama humanitario que infringe al pueblo cubano la dinastía Castro, basta para hacer estremecer a toda la humanidad.
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