La periodista Shasta Darlington y el equipo de CNN que la acompañó, estuvieron en el mismo lugar donde durante seis meses, con gritos, golpes, empujones e insultos, propinados todos por las tropas de la seguridad del estado de Cuba, miembros de la policía cubana y partidarios del gobierno, impedían que una humilde familia cubana, una madre adolorida por la pérdida de un hijo, llorasen y desahogasen el dolor contenido, por la muerte de Orlando Zapata Tamayo, luego de una prolongada huelga de hambre, en protesta por los maltratos y golpizas que recibía en las prisiones, donde cumplía una injusta condena por pensar y expresarse diferente al gobierno de Cuba.
CNN se desplazó hasta un pequeño rincón de Cuba
Allí estuvo CNN realizando esa doble labor periodística, y no es grabar e informar, sino informar y salvaguardar, sí, porque el periodismo, el verdadero periodismo, no solo informa, sino que resguarda y salvaguarda a los desvalidos, a los más vulnerables. Aunque también hay otro periodismo, o anti periodismo, como la prensa rosa, los paparazzi, los que buscan el dinero fácil, y en vez de salvaguardar lo que hacen es atacar e intentar asesinar espiritualmente todo aquello que le pueda reportar una ganancia, son los terroristas de la prensa. Estos son los que más abundan hoy día, por eso no es de extrañarse que hayan pasado seis meses sin que ningún periodista cubriese la noticia en Banes. Solo podía hacerlo una prensa de principios, una prensa que no persigue el dinero fácil, una prensa, como CNN.
Que tomen ejemplo prensas y periodistas del mundo. Que vean cómo una gran prensa se desplaza hasta un pequeño pueblito en un rincón de Cuba, para cubrir el dolor y el llanto de una madre que ha estado suplicando durante seis meses, le permitiesen poder asistir a la tumba de su hijo para llorarlo a gritos.
Muchos a lo mejor preguntarán, sobre todo los no cubanos, ¿y la prensa cubana? La respuesta: En Cuba no hay prensa, solo son portavoces del gobierno.
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