Barcelona/ Mambí en A/ El gobierno cubano autoriza los prostíbulos estatales como solución a la crisis económica.
En Cuba todo es prohibido:
1. La censura a la prensa. La prensa oficial solo ofrece las noticias que complace al gobierno. La noticia real y sin tapujos la ofrecen los periodistas independientes, blogueros, los que hacen un verdadero trabajo periodístico, ofreciendo la realidad de Cuba para el mundo y para los mismos cubanos. Por esto sufren prisión, persecución, acoso y son tildados de enemigos del pueblo.
2. La censura política. Está prohibido cualquier pensamiento diferente al que impone el gobierno, está prohibido cualquier partido político que no sea el Partido Comunista de Cuba, está prohibido realizar actos de protesta en contra del gobierno. Por esto, los opositores pacíficos cubanos sufren prisión, persecución, acoso y son tildados de enemigos del pueblo.
3. No existe la propiedad privada. El cubano no tiene derecho a tener bienes propios, todo es del gobierno, automóviles, muebles, electrodomésticos. Sin embargo, los extranjeros sí tienen derecho a la propiedad privada, comprar casas, hoteles, fábricas, almacenes, etc., etc. El cubano que ha intentado gozar de los privilegios de un extranjero, sufre prisión, persecución, acoso y es tildado de enemigo del pueblo.
4. Los medios de producción, todos, están en poder del estado, el único responsable de la decreciente productividad, de la no rentabilidad de sus fábricas, etc. Para aliviar su incapacidad productiva, explota como esclavos a los cubanos que trabajan para el capital extranjero, cobrando el estado el verdadero fruto producto del trabajo realizado, y entregando al obrero solo una ínfima parte del jugoso salario. Un verdadero y auténtico sistema esclavista. Los que denuncian y protestan por este ultraje al pueblo cubano, sufren prisión, persecución, acoso y son tildados de enemigos del pueblo.
5. Etc., etc., etc.
La grave crisis económica que sufre el pueblo cubano desde hace más de medio siglo, se ha agravado en los últimos años, esto ha provocado un aumento del descontento popular reflejado en el número creciente de ciudadanos en las filas de la oposición, y también, en la forma de hacer oposición. Cada vez las protestas en las calles se hacen más frecuentes y en diferentes zonas a lo largo del país. Muchos cubanos están dispuestos a morir, el ejemplo más reciente, el mártir de la oposición política cubana, Orlando Zapata Tamayo, quien falleciera después de una huelga de hambre en prisión, de 85 días. Guillermo Fariñas, quien aún no se ha recuperado de su última y prolongada huelga de hambre, consiguiendo y forzando al gobierno a adquirir el compromiso de liberar a los prisioneros de conciencia, y muchísimos opositores y prisioneros políticos que se han declarado en huelga de hambre, reafirmando su deseo de “morir, antes que vivir en cadenas”.
El gobierno, según las informaciones que le hacen llegar los servicios de inteligencia, sabe que una explosión social es cada vez más inminente. Es el gobierno quien tiene que decidir qué medidas adoptar para evitarlo.
Encontrado ante la imposibilidad de darle un vuelco inmediato a la grave y deteriorada situación económica, y por otra parte, la creciente presión social, no le ha quedado otra alternativa, al parecer, que conceder o rentar las discotecas estatales para su funcionamiento como prostíbulo. Más sin embargo, por esto no sufren prisión, persecución, acoso, ni son tildados como enemigos del pueblo.
En el video se puede apreciar como jóvenes cubanas se desnudan en público, bailan desnudas y realizan actos pornográficos.
Advertencia: este vídeo contiene imágenes eróticas y pornográficas, abstenerse menores de edad y personas sensibles.
1 comentario:
Quien sera el animal ese que no se le entiende lo que habla, el proximo paso de las generaciones cubanas en la involucion que viene ocurriendo por mas de 5 decadas, sera el hablar como los simios, a lo mejor llegamos con un poco de esfuerzo a uno de los eslabones de la evolucion de la especie, todo esta que el cagaandante dure hasta los 100 annios o mas.
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