Un oficial de las tropas especiales patrulla un parque en La Habana acompañado de su perro. Foto: Roberto Guerra.
Barcelona/ Mambí en A/ El empleo de perros como mecanismo de implantar el terror, es una de las más perversas prácticas utilizadas por las fuerzas represivas que controlan el régimen especial en la prisión Kilo 8, en Camagüey.
Se va haciendo cotidiana la presencia de los canes bien entrenados para atacar, despedazar e infundir el pánico a la población penal de este antro.
El pasado 30 de septiembre según informaciones recibidas, se pudo presenciar al primer sub-oficial Hiroenio Sastres Barrio, como animaba a los perros contra tres prisioneros de nuevo ingreso que procedían de cárceles de la vecina provincia Ciego de Ávila.
Resulta conveniente destacar que el esbirro Hiroenio, alias el exterminador, es un connotado criminal con extenso historial de violencia y crueldad en su currículum, a quien la directiva de prisiones del territorio le ha concedido luz verde para torturar a los condenados a cadena perpetua.
Por lo que el verdugo se hace acompañar de perros para represaliar a sus víctimas, saciando su sadismo con el horror de los condenados.
Políticas de terror y mecanismos de torturas como los que utilizara Hitler en sus campos de concentración durante la segunda guerra mundial.
Este es otro motivo más para continuar negando el acceso de observadores internacionales de derechos humanos a las prisiones de Cuba.
Tal vez los gobernantes y torturadores piensen que la impunidad es eterna, y que nunca serán alcanzados por la justicia, pero los tiempos cambian y la verdad y la justicia tardan pero llegan, pues los crímenes de lesa humanidad no prescriben en el tiempo.
Es un reporte desde La Habana, Cuba, de Jorge Alberto Liriano Linares, Hablemos Press.
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