Barcelona/ Mambí en A/ Rusia se ha comprometido a eliminar todo su arsenal de armas químicas, todo un gasto a la hora de producirlas, y un otro gasto bastante importante, a la hora de destruirlas.
Esta conducta de Rusia pudiera ser un mérito ante la opinión pública internacional, si no fuese por su carrera armamentista con su eterno rival, los EEUU.
La venta de armamentos a países con discursos belicistas, inclusive hasta fervientes defensores del terrorismo, es otra agravante para Rusia, y es el caso de Venezuela.
Rusia produjo toneladas de armamentos en la etapa conocida por "Guerra Fría", que entre obsoletos, viejos e inútiles, hoy debe destruir, un doble gasto innecesario de recursos que bien podría haber empleado en hacer una sociedad mucho más próspera, no solo para ellos, sino para toda la humanidad. Pero aún estamos muy lejos de trabajar en el beneficio común de todo el universo, sin intereses mezquinos.
Hugo Chávez, quien en doce años de gobierno no ha solventado el déficit de construcción de viviendas prometido a su pueblo, y en medio de la crisis desatada por las terribles inundaciones que han dejado a miles de venezolanos sin hogar, no solo continúa con las compras de armamentos a Rusia, sino que realiza nuevas compras como los 100 misiles tierra aire recién adquiridos, los cuales de seguro se le pondrán viejos sin haberlos utilizado, esperando una guerra que nunca llegará, mientras los venezolanos (el pueblo), continuarán esperando las viviendas prometidas. Y entonces, muchos se atreverán a decirle en su momento, que es un doble gasto, inútil (recordar la coma).
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