La Casa del Periodista Independiente cierra su ciclo vital. Concebida como sitio de encuentro de los periodistas independientes de Cuba, devino en espacio para la interacción de elementos diversos del conjunto de la sociedad civil. Considerando que la afluencia a este domicilio se nutre de elementos diversos de la sociedad civil, continuar con la denominación original resultaba desajustado a la realidad. Muchos periodistas no asisten a esta Casa, menguando el derecho a considerarse sede del gremio. La práctica impone sus leyes, por lo que en lo adelante esta vivienda pasará a ser la Casa del Ciudadano Cubano.
Sostener la idea inicial se traduciría en que quien no se dedicara al periodismo se sentiría ajeno a este espacio, mientras que por otra parte, si la concurrencia es cosmopolita y plural, entonces automáticamente deja de ser un sitio elitario y restringido. Esto me aclara tardíamente lo expresado por un periodista de renombre que dejó de visitarnos: “tu casa se ha convertido en un solar”. Confieso que lo prefiero así. Me hace más feliz relacionarme solamente con el demos disidente, más sano y sincero que las llamadas “vacas sagradas” y que quienes viven adorando sus propios egos; “el arroyo de la sierra, me complace más que el mar”, dijo el Cubano Mayor.
Con la intención de que nuestra actividad sea útil a la causa de la libertad de Cuba, fomentamos la interacción entre los ciudadanos que confluyen diariamente a esta reducida y humilde morada, sede además de la Biblioteca Independiente Roberto López Chávez.
Las razones expuestas pretenden explicar los motivos de la renovación de los objetivos de nuestra labor contestataria, y por ende, del cambio de denominación de esta sede.
José Alberto Álvarez Bravo.
La Habana, 17 de febrero de 2011.
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