Barcelona/ Mambí en A/ La siguiente denuncia demuestra que en Cuba se llega más pronto a la cárcel, que a cualquier destino de su geografía. El transporte público no está garantizado, sin embargo, para llevarlo a la estación de policía siempre hay dispuesto más de dos agentes que no hace falta que usted camine, ya lo levantan en peso; y la puerta, no se moleste, se la abren y se la cierran, y con más que prontitud, recorrerá todos los kilómetros que sean necesarios, inclusive, si la estación de policía está diez veces más lejos que el destino que tenía planificado.
Felipe Yordanis Cutiño Pupo, de 27 años, y Lisandra Uribazo Matos, de 19 años, vecinos de Santiago de Cuba, denuncian:
Felipe Yordanis Cutiño Pupo, de 27 años, y Lisandra Uribazo Matos, de 19 años, vecinos de Santiago de Cuba, denuncian:
“Mi novia y yo fuimos maltratados por la policía. Todo sucedió cuando acompañábamos a la señora Clara Luz Cala Godínez, de 74 años, quien fue esposa de Enrique Luzón y que es abuela de mi novia. Nos disponíamos a abordar un ómnibus del transporte urbano en la ciudad de Santiago de Cuba, pero debido al exceso de personas, el chofer decidió cobrar el pasaje y que los aspirantes a pasajeros montáramos por la puerta trasera, pero de inmediato se cerraron las puertas y el ómnibus intentó partir dejándonos abandonados, muchos comenzaron a protestar airadamente lo que provocó que acudieran los policías y comenzaron a arrestar a los que protestábamos, a mí me esposaron de tal manera que me causaron heridas, también mi novia fue arrestada, y ambos fuimos conducidos hasta la unidad de policía conocida como El Palacete, mientras que la señora Clara Luz fue trasladada hasta su domicilio en un auto de patrulla”.
“Ya en la unidad fui víctima de maltrato al ser despojado de mi ropa y obligado a realizar varias cuclillas, completamente desnudo y ante la presencia de otros detenidos, por otra parte, mi novia Lisandra fue encerrada en una celda junto a otras mujeres de forma violenta y abusiva. El instructor Leonardo González nos comunicó que seríamos trasladados para el centro de operaciones Versalles, lugar donde permanecimos incomunicados durante cuatro días y de donde salimos luego de pagar una multa de 500 pesos cada uno”.
“Según nos dijo el Instructor, la policía está dando seguimiento a una oleada de atentados contra el transporte público que se ha originado en La Habana, y ya se extiende al oriente del país, cuestión ésta un tanto exagerada de su parte. Hoy nos encontramos a la espera de un juicio desconociendo el delito que se nos imputa. Lisandra teme que esta represalia se deba a que su papá, Sergio Uribazo Morando, es opositor político. Nosotros nos preguntamos cómo es posible que en la ONU se respalden resoluciones presentadas por el Gobierno de Cuba, cuando los ciudadanos somos víctimas de abuso policial, carecemos de derechos y somos juzgados sin conocimiento de causa”.
Es un reporte desde Santiago de Cuba, de Ubaldo Manuel León, de la Red de Comunicadores Comunitarios.
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