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jueves, 28 de abril de 2011

Ex soldado cubano preso se suicida

Barcelona/ Mambí en A/ Yoelvis Delgado Albelo, de 25 años de edad, ex soldado del Ministerio del Interior, lo encontraron ahorcado en su celda en la noche del 21 de abril.
“Mi hijo habló conmigo en la mañana de ese día”, dijo en una conversación por teléfono Omara, su madre, y agregó: “yo había acudido a las autoridades para que recibiera asistencia médica. Intentó suicidarse días antes. No me quiso decir por qué para no preocuparme. Le comenté, papi los guardias no son malos, me trataron muy bien, y me respondió, son unos sing… mamá. Todo lo que brilla no es oro. No pintes eso”.
Albelo cumplía condena en el régimen especial de la cárcel Kilo 8 en Camagüey. Había sido sancionado a cadena perpetua por alzarse en armas el 19 de diciembre del 2006, cuando pasaba el Servicio Militar Obligatorio en la Prisión El Manguito en Santiago de Cuba. Junto a varios de sus compañeros intentó también abandonar el país.
Nacido en Cienfuegos el 27 de enero de 1986 y residente en Guantánamo, Albelo fue enterrado el día 22 a las 4:30 de la tarde en el cementerio de Songo La Maya, en Santiago de Cuba. La mayoría de sus familiares viven en esa localidad.
“Asistieron muchas personas. Nunca había presenciado un velorio donde la gente pidieran el último para ver a un muerto”, dijo Omara muy entristecida.
Entre el mar de delitos agregados a la sentencia de Albelo, dictado por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo Popular a los 21 días del mes de septiembre del 2007 se encuentran: Insubordinación, Salida Ilegal del Territorio Nacional, Deserción, Infracciones de las Normas Relativas al Servicio de la Guardia, Ayuda a la Evasión de Presos, dos delitos de asesinato, cuatro delitos de Privación de Libertad, Robo con Violencia en las Personas, Robo con Fuerza en las Cosas, Portación y Tenencia de Armas, Apropiación Indebida, Robo con Fuerza en las cosas en Grado de Tentativa, seis delitos de Coacción, Daños, Desacato, Enajenación de Bienes Militares y Receptación (impidieron que denunciara los atropellos que se cometen en las filas del Ministerio del Interior cubana y en el centro donde fue recluido con 20 años de edad).
En una entrevista realizada en noviembre del 2010, audio dado a la emisora Radio Martí, Albelo declaró: “en el 2005 fui obligado a entrar en el ejército a pesar de que ya en la comunidad de mi barrio sabían que yo estaba en contra del régimen por manifestaciones verbales que hacía”.
“Cuando fui incorporado a la unidad, siempre expresaba mis ideas que eran adversas a la dictadura de Castro. Vivíamos en pésimas condiciones. No teníamos higiene. Nos obligaron en más de una ocasión a hacer las guardias estando mal de salud. En una de ellas me obligaron a permanecer 8 días en la garita, sin bañarme. Me llevaban la comida allí. Se me enfermaron los pies de hongos, luego quisieron darme el carnet de comunista de la juventud, y lo rechacé”.
También describió las condiciones de encierro en que permanecía. “Celda tapiada, sin agua potable, sin luz, y la comida no las dan por debajo de la puerta, así permanecemos 22 horas al día”.
“Albelo levantó su voz al mundo. Se convirtió en ferviente activista por los derechos humanos a pesar de haber cometido crímenes de los cuales se arrepintió en vida”, así lo describió Jorge Alberto Liriano Linares, un ex prisionero político que salió recientemente de prisión y que compartió celda con él.
“Denunció los malos tratos y torturas aplicadas por los carceleros contra los condenados a perpetua. Por ese motivo fue llevado a celdas de castigo en decenas de ocasiones. No soportó esa crueldad. Lo llevaron al suicidio”, agregó Liriano, quien cataloga esa cárcel como un centro de torturas.
“Albelo había intentado suicidarse la semana pasada debido a que no soportaba más las condiciones de encierro y los malos tratos en esta cárcel”, señaló Joan Torres Martínez, compañero de celda colindante.
El prisionero, Jorge Félix Otero Morales, también recluido en dicha prisión, dijo que el luto fue general allí. “El silencio por su muerte no nos va a callar, vamos a seguir denunciando los tratos crueles y degradantes que se cometen aquí”.
Es un reporte desde La Habana, Cuba, por Roberto de Jesús Guerra Pérez.

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