Por: Martha Beatriz Roque Cabello.
El desfile militar en la Plaza de la Revolución, al parecer dejó con deseos a la dirección del país, pues se anunció una nueva marcha el 1ro. de mayo a lo largo y ancho de la isla. No les ha hecho mella el comentario general del pueblo de los gastos innecesarios en los que se ha incurrido para este desfile. Algunos piensan que el objetivo que cumplió fue la autocomplacencia del actual Presidente.
Dentro del grupo de medidas que se tomaron, estuvieron presentes los disidentes, a los que se les arreció el hostigamiento. Se conoce que se suspendieron actividades como, por ejemplo, en Sancti Spíritus estaba programada una reunión de la Coalición Central Opositora y sus miembros fueron visitados para advertirles y prohibirles asistir; de igual forma en Marianao, La Habana, detuvieron algunos disidentes que pretendían llevar a cabo una reunión de una Delegación del grupo Opción Alternativa.
También oficiales de la Seguridad del Estado despojaron de su carné de identidad a algunos jóvenes en Regla que acostumbran a realizar actos en diferentes municipios, tratando de inmovilizarlos con una especie de prisión domiciliaria no decretada por Tribunal alguno.
Pero el caso de Sara Marta Fonseca Quevedo, fue especial, ya que quedó constancia de lo sucedido en un video que grabó su esposo, mientras el oficial de la Seguridad del Estado, que se hace llamar Juan, la visitó en su casa, sita en calle 275 No.16024, entre 160 y Final, Reparto Río Verde, municipio de Boyeros, en horas de la noche del día 14 de abril.
Este agente dijo: …”Las autoridades cubanas no les vamos a permitir ningún tipo de actividad provocativa que trate de empañar o que trate de tergiversar la organización y el orden del Congreso y la realización del desfile. No estamos aquí imponiéndole nada, ni estamos tampoco en un tono autoritario… … los exhortamos a Uds. a que se mantengan tranquilos por el momento… y a respetar la Revolución y a respetar el espacio que tiene el pueblo a hacer sus actividades, eso es lo que yo vengo a comunicar. En este caso tú eres la máxima responsable. Nosotros no vamos a hacer con Uds. lo que queremos hacer, por nada. El país tiene leyes, tiene reglas igual que todos los países y nosotros tratamos de exigir y todo lo que esté fuera de ahí tenemos que salirle al paso, para que no haya ningún tipo de problemas, ningún tipo de situación.”
Al día siguiente Sara Marta tuvo que visitar mi casa para recoger unas medicinas, pues todavía está aquejada de los dolores de la última golpiza que le dieron las huestes de la Seguridad del Estado, hay una gran movilización detrás suyo y no se oculta para nada; un auto patrulla con el No.116 de la Policía Nacional Revolucionaria, con dos mujeres y la presencia del oficial Juan, que al parecer le fue asignado para vigilarla y acompañarla antes y durante la celebración del Congreso. Completaba el séquito una moto Suzuki, un auto con chapa amarilla (particular) y un observador parado en la acera de enfrente.
No se le ha permitido salir más de la casa, la tiene sitiada por la policía política, en su portal -todo lleno de manchas de chapapote y consignas gubernamentales- puso dos letreros que dicen: ¡Abajo el 6to Congreso del asesino Partido Comunista de Cuba! ¡Viva la democracia! ¡Abajo los dictadores y asesinos Fidel Castro y Raúl Castro con sus seguidores! ¡Basta! ¡Exigimos derechos para el pueblo cubano!
Puede suceder cualquier cosa con los que disienten. Durante el Informe Central del VI Congreso del Partido Comunista, Raúl Castro manifestó: “Lo que nunca haremos es negarle al pueblo el derecho a defender a su Revolución, puesto que la defensa de la independencia, de las conquistas del socialismo y de nuestras plazas y calles, seguirá siendo el primer deber de todos los patriotas cubanos.”
Mientras se llevaban a cabo estas celebraciones y sin ninguna compasión humana, en la mañana del 16 de abril, falleció en el hospital Celia Sánchez Manduley de Manzanillo, Granma, el preso político Vladimir Ulises Román Yanes (de 54 años), que se encontraba cumpliendo una sanción de 20 años de privación de libertad por un delito de malversación y salida ilegal del país, trabajando en una Unidad Militar en Yateras, Guantánamo, en el 2003; calificado por el régimen de contrarrevolución y bajo la égida de la Seguridad del Estado. Durante mucho tiempo estuvo Vladimir aquejado de este cáncer de la próstata, que lo llevó a la muerte, sin ser atendido. Después de numerosas denuncias fue trasladado al puesto médico de la prisión Las Mangas, en Bayamo; allí estuvo con sonda puesta, pero estaba trancado de orina, hasta que decidieron operarlo. Su hermano Marco Antonio (de 53 años), de la misma causa, cumple igual sanción en la prisión provincial de Holguín.
El discurso “humanitario” del régimen y la “manipulación” que dice Raúl Castro que se hace sobre el tema de los Derechos Humanos, está claro para todos; los pocos que apoyan al sistema y los que se someten, son los que tienen “algún” derecho. Los disidentes recibirán el acoso de las turbas paramilitares, la violencia policial y si las cosas se tornan más difíciles, hasta la muerte; como Vladimir, que no fue llevado a morir a su casa, aunque sabían que estaba en fase terminal.
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