Por Francisco Sau Boíx.
El régimen dictatorial y dinástico de Cuba anuncia que autorizará a los cubanos la venta de autos y casas. Una “medida de urgencia” para dotar de liquidez (dinero en efectivo) a una población a punto de estallar.
No es la primera vez en los 52 años de desgobierno que el régimen adopta medidas que liberen la presión acumulada en la población cubana producto de las carencias económicas y la falta de perspectivas en un futuro cercano.
Las “tiendas del oro”, es tal vez el mejor ejemplo de tantos y tantos que se pueden nombrar para hacer recordar a los cubanos las veces que han “disfrutado” (en realidad “que han sido sometidos”) de estas medidas de urgencia.
Aquellas tiendas, que por el nombre cabe aclarar que nada tenían de doradas, a no ser por el metal que perseguían, dejaron lapidadas las pocas reservas económicas que le quedaban al pueblo cubano. Hoy, en medio del despido masivo de más de medio millón de trabajadores, y el cúmulo anti-económico de más de medio siglo de desgobierno, la situación del pueblo cubano se encuentra al límite de lo humanamente soportable.
Ante esta realidad tan obvia, no le ha quedado otra alternativa al monarcastro II que implementar una nueva “medida de urgencia”, la venta de autos y casas de que dispone la población, para así ganar tiempo e intentar asegurar larga vida a la “dinastía castro”, en pocas palabras, intentar asegurar que su familia permanezca en el poder por muchos años.
Esta será una de las grandes medidas adoptadas por el nada esperado por el pueblo, tardío en el tiempo por lo aplazado por el régimen sin ideas, del ya finalizado VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.
La evidencia del servil culto a la personalidad del único partido de Cuba, el PCC, y la traición al pueblo cubano, está en todas y cada una de las medidas que apoyan y adoptan. Esta última, es el más reciente ejemplo de ello, de la cual se espera que garantice la permanencia en el poder del régimen dictatorial y dinástico de los Castro, aún con la certeza, de que continuará lapidando las ya inexistentes reservas económicas del pueblo. Ya que la misma una vez más autoriza la venta por parte de la población, no así la compra de autos nuevos importados, ese derecho, es tan solo para los hombres libres, es decir, para los no cubanos.
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