Con un cordial saludo:
Deseándole paz y bendiciones, me dirijo a quien quiera leerme o, si es posible, visitarme para conversar.
Mi nombre es Julia Estrella Aramburo, vivo en Águila 836, e/ Gloria y Corrales, Habana Vieja, y soy madre y tía de dos presos políticos cubanos, Harold Alcalá y Maikel Delgado. Mi hijo y sobrino, junto a otros jóvenes, fueron procesados en la causa 17/2003, seguida por un intento de salida ilegal, y por la que tres afrodescendientes fueron fusilados en apenas 72 horas.
Varias revisiones de causa promovidas hasta el presente han sido desestimadas, responsabilizando el gobierno de la isla a la Ley de Ajuste Cubano, promulgada hace varias décadas por el gobierno de Estados Unidos.
Desde el fallecimiento de mi hermana tuve que asumir la responsabilidad de acopiar lo necesario para las jabas de mi hijo y mi sobrino (“jaba” comprende alimentos, cigarrillos, etc. que los familiares llevan a sus familiares presos), situación que puedo resolver gracias a Plantados y otras organizaciones a las cuales les estoy y estaré siempre agradecida.
Más por mis deudos que por mí misma, en estos momentos mi gran preocupación es por lo resentida de mi salud, pues de ocurrirme lo peor ellos quedarían abandonados a su suerte; tengo 52 años y estoy presentando un cuadro de hipertrofia en el ventrículo izquierdo, cardiopatía isquémica e insuficiencias respiratoria y cardiaca, achaques que “agradezco” a la dictadura de los Castro. En estos momentos estoy ingresada en la sala de Siquiatría del hospital Fajardo del Vedado, con retención de líquido y disnea.
De ocurrirme algo parecido a lo de mi hermana, fallecida tres días después de haber ingresado caminando por sus pies, y cuyo resultado de necropsia nunca me ha sido entregado, les suplico que no dejen a los míos desamparados, en las garras de estos criminales empoderados.
Que Dios les bendiga.
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