Barcelona/ Mambí en A/ Existen numerosos problemas en las prisiones cubanas, uno de ellos desde hace mucho tiempo es la corrupción, que después de expandirse por todo el país, ha logrado traspasar los barrotes que mantiene encarcelada a una gran parte de la población cubana. El caso que se expone tiene una grabación que lo respalda, ya que para los cubanos es casi inverosímil que algo así pueda suceder, porque en el país, nadie tiene armas, solo el gobierno, que las controla a través del ejército y las fuerzas policiales. Lo que hace que este suceso sea propio de cualquier otro lugar, menos de Cuba, donde además se supone que solo los tribunales pueden dictar sentencia.
Conversaciones sostenidas con un familiar de la denunciante permitieron concluir, aunque sin ninguna prueba, que todo se debe a que hay algunas pistolas robadas a policías en el lugar donde ella vive, o que incluso pueden haber asaltado un almacén o un sitio donde se guarden armas.
El caso lo expone la señora Maritza Lourdes Reyes Betancourt, de 37 años de edad, vecina de la calle 24 entre J y K, edificio C-93, apartamento 9, Cojímar, municipio Habana del Este, casada con Abdel Luna Moreno, que cumple sanción de 7 años de privación de libertad en el centro penitenciario Combinado del Este, por falsificación de documentos y evasión, y que se encuentra en espera de una sanción conjunta.
Maritza, dijo:
“Quiero expresar lo siguiente: el viernes 27 de mayo me hizo una llamada telefónica mi esposo y me planteó que la policía había hablado con él para si yo compraba una pistola en Cojímar, le rebajaban la condena, esto se lo comunicaron los propios oficiales de la prisión”.
“El lunes 30 de mayo, esperando la llamada de rutina que él me hace todas las semanas, recibo otra preguntando por mí inmediatamente, me dan un número de teléfono móvil el 52102050 para que llamara para atrás; cuando lo hice me dicen que me esperara y me pusieron a mi esposo, el que me explica que me hablarían de lo que me había dicho el viernes”.
“Se puso al teléfono un oficial que se identificó como el capitán León, y me planteó que comprara la pistola y que tuviera confianza que no iba a pasarme nada, que no iba a tener ningún problema”.
“Yo le manifesté que eso era un delito, y que él me diera un documento que justificara que se me pedía que lo hiciera. Él rápidamente me dice que no tiene que darme ningún documento. Entonces le dije que yo podría investigar quién vendiera “el aparato”, y decírselo a él, su respuesta fue tajante, me dijo que así a ellos no les servía, que tenía que comprarla yo”.
“Me explicó que lo llamara cuando quisiera a cualquier hora, que el teléfono lo pagaba el Ministerio del Interior y que él iba a recoger el arma, que yo no tenía que ir a llevársela”.
“Cuando le conté esto a la mamá de mi esposo, ella decidió llamar al mismo número de teléfono 52102050 y el propio capitán León le respondió que él me había planteado que comprara una pistola para bajarle la condena a su hijo”.
“Quiero denunciar esto, pues son métodos de chantaje que utiliza la policía conmigo y con mi esposo por estar preso”.
Es un trabajo enviado desde La Habana, Cuba, por Martha Beatríz Roque Cabello.
Es un trabajo enviado desde La Habana, Cuba, por Martha Beatríz Roque Cabello.
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