Por José Alberto Álvarez Bravo.
De mano en mano, una hoja manuscrita llega a las mías. Viene desde el reino de las sombras: prisión de máxima seguridad Combinado del Este, en La Habana.
Un hombre humilde, de tez oscura, (80 % de la población penal con esa tonalidad epidérmica) quiere clamar al mundo su dolor, ajeno a la indiferencia de ese mundo ante los dramas extraños a su propia inmediatez.
Yo solo cumplo su expectativa: transcribo y corrijo sus palabras, escaneo el original, adjunto, y envío a mis contactos. Sin esperar nada. Ni de un lado, ni del otro.
Transcripción de la carta:
La habana, 22 de Junio del 2011
“Año 52 de la revolución”
Yo, recluso o interno, como suelen llamar hoy: Lázaro Figueroa Morejón, de 46 años, nacido en la ciudad de La Habana, con la dirección actual calle F # 57 e/ 3ra y 5ta, Plaza, me encuentro recluido en la cárcel del Combinado del Este, en el Edificio Nº 2, Segundo Norte, compañía 2205, destacamento 17.
Me dirijo a usted por este medio buscando refugio, o más, salvación, ya que hoy soy inválido, motivo de una caída de una cama litera –prohibidas- de 3 pisos donde dormía, y al caer fui lesionado, lastimándome el nervio central, comprimido, la cual me produjo una hernia discal al nervio a nivel de L4 y L5. Ya de esto hace 7 años y no he sido atendido como es debido; se me está negando una operación y el motivo tan solo por ser recluso.
Hoy soy un vegetal y dependo de mis compañeros para todo sin excepción, soy un hombre que tiene 6 hijos, soy un buen padre internamente, pero hoy siento mucha vergüenza que me vean en este estado.
Le pido a usted con toda fe que me ayude para volver a ser el hombre que un día fui, no el hombre que hoy soy que no sirvo para nada; mis sentimientos están matándome, ya que soy tratado como animal, mas tengo necesidad de vida. Es por esto acudo a usted.
Un amigo que hoy se desahoga con Usted.
Lázaro
Gracias
Copia de la carta original:
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