Por Francisco Sau.
El otro día leía las noticias de cómo los grupos mafiosos de extorsión y secuestro logran imponer sus designios sobre la población mexicana.
Los métodos son de todos conocidos, sobre todo por el cine, pero otra cosa es cuando pueblos enteros se quedan deshabitados huyendo por el terror de la amenaza real de muerte.
Todo comienza con una visita a un comercio para pedirle una contribución con precio establecido, bajo la propuesta de garantizarle protección y seguridad, que ellos mismos se encargarían de violentar en caso de incumplimiento con el fisco-terror.
De no poder pagar, o no querer, comienza toda una escalada represiva con la intención de persuadir a la víctima escogida. Todo comienza con vigilancia a la vista, para que la víctima sepa que es observada, advertencia verbal, roturas al establecimiento, y por último, el asesinato, o el secuestro y posteriormente el asesinato.
La similitud de estas mafias con el modus operandi del cuerpo represivo al servicio de la dictadura dinástica de Cuba, y conocido como Seguridad del Estado, es tal, que nos lleva a la conclusión de que en Cuba rige una mafia, pero además, y puesto que su actividad fundamental es reprimir al pueblo cubano, para diferenciarla de otras mafias podríamos catalogarla como, “mafia anticubana”.
Si tiene alguna duda, comience nuevamente a leer, pero esta vez, pensando en la situación de Cuba y los cubanos. Estoy seguro que la próxima vez que oiga o lea el calificativo de “mafia anticubana”, pensará en los 53 años que sufre el pueblo cubano pagando el fisco-terror, y huyendo hacia otras tierras por la amenaza perenne a ser secuestrado, y hasta, asesinado.
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