Por: Martha Beatriz Roque Cabello.
Algunas personas en el exterior del país de los que se dicen “amigos” del régimen cubano, gustan de comentar acerca de “las aperturas” y “los cambios”; como si se tratara de un proceso de transición hacia la democracia.
Si bien es cierto que han surgido modificaciones a algunas de las prohibiciones establecidas, al analizarlas, no llegan a satisfacer las expectativas que tenían los que aguardaron tantos años para resolver algunos de estos problemas, tales como: la compra-venta de autos y casas entre particulares, y la oportunidad de reparar y construir viviendas.
Al analizar -por ejemplo- la posibilidad que tiene de hacer una casa, arreglarla o remodelarla, un cubano de los que vive en el estrato social más bajo, habría que mencionar el Acuerdo No 7155 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de fecha 13 de diciembre de 2011; porque la gran mayoría de los que están en esta situación deben esperar a que se les otorgue un subsidio para poder realizar estas acciones constructivas.
Este Acuerdo ha estado acompañado de Resoluciones del Instituto Nacional de la Vivienda y los Ministerios de Comercio Interior, Finanzas y Precios, y Trabajo y Seguridad Social, lo que hace su ejecución bastante complicada y prácticamente imposible para la mayoría de las personas que viven con un bajísimo nivel de ingresos.
El financiamiento estatal del subsidio se obtendrá del 48,5 % de la recaudación de la venta de materiales a la población a precios “no subsidiados”. De esta cifra el 40% irá a los Consejos de las Administraciones Provinciales y Municipales, y el 8,5% servirá para un fondo estatal. Una mirada al año 2011, dice que el Plan de Ventas se cumplió en un 50%, por lo que se han destinado para 2012, 160 millones de pesos cubanos (cup); según informó Adolfo Carbonell, director general de Presupuesto del Ministerio de Finanzas y Precios.
Se requiere presentar una solicitud escrita a la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) acompañada de una licencia o autorización de construcción, si la acción constructiva lo requiere; además el proyecto arquitectónico con el cálculo de los materiales y la fuerza de trabajo necesaria para la ejecución, en base a un dictamen técnico elaborado por la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV). Ya este trámite engorroso comienza a demorar la posibilidad de solicitar el subsidio, pero además conlleva erogaciones de efectivo, del que carecen los sujetos de este grupo social.
La instancia receptora de la solicitud (DMV) tiene 15 días para hacer el expediente y enviarlo a la Dirección Municipal del Trabajo, que evaluará la situación socio económica del núcleo o de las familias convivientes. En este paso tiene que quedar probada la insuficiencia de ingresos para pagar los trabajos de construcción, reparación o conservación de la vivienda.
Si resulta posible beneficiario, virará nuevamente el expediente para la DMV, que lo remitirá al Consejo de la Administración Municipal del Poder Popular, que tiene 30 días hábiles para aprobarlo. Ya el tiempo transcurrido antes de esta aceptación puede oscilar entre 3 y 4 meses, suponiendo que todas las instancias cumplan con los plazos establecidos.
Para recibir este beneficio se hace un contrato con algunos límites máximos a subsidiar:
-La construcción de un inmueble -que según el lenguaje virtual del régimen ha dado por llamar célula habitacional básica- que incluye cocina, baño y cuarto; tiene un monto que no puede exceder de 80 mil pesos cubanos (cup) y solamente podrá tener 25 m2 como máximo.
-Si no se requiere licencia constructiva, como por ejemplo para acciones de conservación el tope del subsidio seria 5 mil pesos cubano (cup)
-Para trabajos de mayor complejidad y acciones de conservación el límite máximo es de 10 mil pesos cubanos (cup)
La parte del subsidio que corresponde a la mano de obra, será -a lo sumo- del 30% de los materiales y los ejecutores deberán tener licencia como trabajador por cuenta propia, para poder cobrar.
Una vez firmado el contrato –que obliga al beneficiario a la ejecución o reparación de la vivienda en un plazo establecido- el Gobierno local emite un cheque a favor de una determinada Sucursal Bancaria y allí se abre una cuenta de administración de fondos, porque el subsidiado NUNCA TOCA FÍSICAMENTE EL DINERO.
Si ha pasado todo este “proceso” sin enfermar de los nervios, deberá dirigirse a la Unidad Minorista de Comercio Interior –conocida como rastro- para separar los materiales que puede adquirir, según el listado hecho por el arquitecto de la comunidad. El rastro le entregará un documento factura con la lista de los materiales, que deberá llevar al Banco donde abrió la cuenta, entonces la unidad financiera le elaborará un “cheque gerencial”, con el cual pagará la mercancía. ¡Ah! Pero si se demora más de 5 días en este trámite tendrá que volver a empezar separando los materiales, que la mayoría del tiempo son muy escasos.
En el supuesto caso que logre todo esto, tendrá que “buscar” la forma de trasladar los materiales desde el rastro hasta la casa, lo que tiene un alto costo, no contemplado en el financiamiento y que –indudablemente- no está al alcance del grupo social al que está destinado el subsidio.
Pero aún hay más complicaciones. Si el dictamen técnico requiere la utilización de cemento P-350, habrá que buscar un financiamiento en divisas, pues en moneda nacional solo se vende el P-250. Se requerirá de un cheque gerencial en cuc (pesos cubanos convertibles) cargado a la cifra total destinada a la actividad constructiva, al tipo de cambio del momento (en la actualidad 25 pesos moneda nacional por 1 peso cubano convertible). Un saco de cemento P-350 (se usa en placas y cimientos) tiene un costo de unos 6.60 cuc (165 pesos moneda nacional).
Con este conocimiento se visitaron varias tiendas de venta en divisas, donde en su departamento de Ferretería, se preguntó a los dependientes si sabían que podían vender con cheques gerenciales y ninguno estaba actualizado al respecto. Todos contestaron lo mismo: “Aquí hay que pagar con cuc”.
Si se logra salir “ileso” de este maremágnum, conseguiría ser uno de los posibles 2 000 beneficiarios que tendrá el año 2012, contando con el presupuesto asignado y que se les permita a estas personas construir “una célula habitacional básica”. Esto estaría muy por debajo de los 3214 derrumbes totales y 10179 parciales, que reportó como última cifra el régimen.
El perfeccionamiento de un sistema económico que no existe, es más de lo mismo con menos, ya que los recursos están agotados. Han encontrado una forma legal de entretener a la gente, volver a hacer jugar al Estado el papel de “padre protector” y mandar mensajes hacia el exterior de soluciones que nunca llegan.
La Habana, 2 de febrero de 2012
Día de la Virgen de la Candelaria
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