Foto de la Comunicadora Comunitaria Lourdes Esquivel Vieyto, mostrando los moretones causados por el uso de la violencia policial contra ella, el pasado 15 de febrero cuando se dirigía a la casa de Martha Beatriz Roque Cabello.
Por: Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.
Barcelona/ Mambí en A/ El pasado 15 de febrero la policía política impidió el acceso a la sede de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, ubicada en la casa de su animadora Martha Beatriz Roque Cabello, en la calle Luis Estévez No 352 apto. 3 entre Cortina y Figueroa, Santos Suárez, 10 de Octubre, La Habana.
Más de 100 efectivos rodeaban 3 manzanas alrededor del pequeño apartamento, el saldo fue de 8 detenidos, ellos fueron: Arnaldo Ramos Lauzurique (Grupo 75), conducido hasta su casa en un auto policial; José Díaz Sílva, llevado a una celda en la Unidad de la Policía del Reparto Capri; Ivis Rodríguez González, Miladys Carnel González y Fermín Zamora Vázquez, a los que se les hizo un aparatoso operativo en medio de la calle Lacret, con varios autos de la Seguridad del Estado y una guagüita de una empresa estatal, que los dejó en la Rotonda de Guanabacoa; Norley Quicutis Gómez, Noslién Quicutis Gómez y Javier Jiménez Hernández, los subieron a un auto y los dejaron en sus casas.
No se les permitió entrar a: Luis García Vega (Lucas Garve), María Cristina Labrada Varona, Billy Joe Landa Linaes, Leydi Coca Quesada, Niurka Luque Álvarez, Osvaldo Rodríguez Acosta, Lourdes Esquivel Vieyto y Ernesto Díaz Esquivel.
Otros 8 comunicadores pudieron burlar la vigilancia policial y entrar a la casa.
Pero la policía política siguió con igual represión el miércoles 22 de febrero, con la diferencia que esta vez apostó a paramilitares en la puerta del pasillo de la casa de Martha Beatriz Roque, también detuvo a 3 personas: Arnaldo Ramos Lauzurique, Pedro P García Cárdenas e Inés Antonia Quesada Lemus.
Los vecinos protestaron porque no los dejaban pasar a sus respectivos apartamentos. En particular Martha dio un número de teléfono para que un morador contiguo le hiciera el favor de llamar a Lucas Garve para advertirle. Inmediatamente después de efectuada la llamada, un oficial de la Seguridad del Estado se paró en su puerta y le pidió permiso para llamar al “Partido”, marcó un número, pronunció el nombre “Humberto” (así se llama el vecino) y colgó; a partir de ese momento, quedó también sin servicio telefónico.
En esta ocasión ningún miembro de la Red pudo pasar las barreras alrededor de la casa y fueron expulsados 10, antes que ni siquiera pudieran llegar a la puerta del pasillo.
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