Foto archivo: Madre cubana de niño estudiante asesinado pide justicia.
Barcelona/ Mambí en A/ La disidente de Santa Clara, Villa Clara, Damaris Moya Portieles, fue detenida el pasado miércoles 2 de mayo en horas de la noche, cuando realizaba una actividad de la Coalición Central Opositora, conducida a la UPOC (Unidad Provincial de Operaciones Criminales) y liberada el día 3 de mayo en horas tempranas de la mañana.
Cuenta Damaris que mientras se encontraba en la celda, voces de hombres que procedían de varios lugares, la insultaban con palabras obscenas, pero todo llegó al extremo de gritarle que iban a violar a su hija menor de 5 años de edad por delante y por detrás. Le voceaban cosas repulsivas de la niña, como que tenía un cuerpecito bonito, etc.
Al frente de su detención y en la Estación de Policía -oyendo todo esto- se encontraba el oficial de la Seguridad del Estado: Erik Francis Aquino Yera, que según Damaris, era quien dirigía toda la gritería, ya que ningún detenido podía saber que ella se encontraba en esa celda, pues no se ven unos con otros y mucho menos detalles de su vida privada como le vociferaban.
Cuando Damaris salió de la Unidad de la Policía ya habían llevado a su pequeña niña para la escuela y ella asustada la fue a recoger contra la voluntad de la Directora y la maestra; no la ha vuelto a enviar al colegio.
Damaris fue a la Fiscalía Militar, acusó al susodicho oficial y a la Unidad Policial donde estuvo detenida, pero en la Fiscalía Provincial la oficial Yodrién no le admitió la acusación.
En su estado de desesperación fue a la Iglesia del Buen Viaje para realizar una “Súplica de Madre”, allí la atendió una señora llamada Nerta Alemán Calzadilla, la que no le permitió entrar, la atendió a través de un cristal y le dijo que el Obispo Arturo no se encontraba en Cuba y que allí no había nadie que la atendiera, que fuera para Medicina Legal y la echó del lugar.
Posteriormente Damaris fue a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, oyó la misa de las 5 y 30 de la tarde y esperó al Padre Guillermo de la Congregación Salesianos de Don Bosco, párroco del lugar, que le dijo que la podía atender pero que no se podía quedar, sin ella siquiera haberle explicado lo que quería. Después que oyó lo que Damaris tenía que manifestar le recomendó que pusiera en una balanza su condición de madre y que mandara a la niña a la escuela, que él estaba seguro que no le iba a pasar nada, y que dejara todo lo demás (refiriéndose a su condición de activista de los derechos humanos).
Al oír esto Damaris se retiró del lugar y le manifestó a la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios de la que forma parte, que el sacerdote se portó más comunista que Fidel y Raúl Castro e incluso se expresó mal sobre algunos disidentes de la provincia.
Informó desde La Habana, Cuba, Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.
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