Foto: Presciliano Fonseca y Santa Domínguez frente a su inhabitable vivienda.
Barcelona/ Mambí en A/ Presciliano Fonseca Acosta, con CI 61010401687, vecino de Carretera El Caguazo, Finca La Ofelia, Bejucal, provincia de Mayabeque, Cuba, denuncia:
“Llevo cinco años viviendo con mi esposa en una vivienda construida por nosotros, la misma está hecha con materiales reciclados. Estoy cansado de ir a la Dirección Municipal de la Vivienda pidiendo ayuda y siempre me la han negado. Pese a las reiteradas negativas del gobierno en ayudarme, me han impuesto dos multas por no tener habitabilidad la vivienda. Es decir, no tengo donde vivir, no tengo recursos, no recibo ayuda, y encima tengo que pagar una multa por como vivo.”
“La primera fue el 13 de enero de 2009 y la segunda el 24 de abril de 2012; ambas fueron de 500 pesos. Más que multas, parece un pago trimestral por mal vivir. Mi vivienda no tiene servicio eléctrico, ni instalación hidráulica, ni instalación sanitaria. De nada me han valido tantos años de trabajo donde he obtenido diplomas en reconocimiento por mi consagración al trabajo y los diplomas por las donaciones de sangre, de lo que ahora me arrepiento.”
“Mi esposa, Santa Domínguez Martínez, con CI. 51070108615, trabajó 30 años en el taller del Surgidero de Batabanó, donde alcanzó la categoría de Vanguardia Nacional, además fue dirigente sindical de su centro laboral y militante del Partido Comunista durante nueve años, del que pidió su separación porque cuando necesitó que la ayudaran a resolver una silla de ruedas para su hermano al que le amputaron una pierna, el secretario del núcleo del Partido Comunista, Roberto, le negó la ayuda. Ella se siente arrepentida de su contribución al régimen. Ahora me pregunto yo: ¿cómo voy a pagar una multa de 500 pesos si no tengo ni para comprar los alimentos del mes?”.
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