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sábado, 7 de julio de 2012

Los virus veraniegos



Foto archivo: Materno infantil del Vedado, La Habana, Cuba.

Por Aimée Cabrera.

Se generalizan los casos de personas de todas las edades que sufren dolencias, fiebres, fatigas, cólicos y otros síntomas frecuentes del verano caribeño, lo que es inusual que se publique una Nota Informativa como la del Granma del 3 de julio del presente.

En el mismo, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) informa a la población sobre la tendencia en algunas zonas, como en la provincia Granma, de brotes diarreicos agudos. En el municipio granmense de Manzanillo se produjo un brote de infección gastrointestinal debido a la contaminación de pozos, atendiéndose a unos mil pacientes de la localidad.

De los exámenes que se les han realizado se identificó el germen Vibrión Cholerae en 53 casos, de los cuales 3 enfermos de 95, 70 y 66 años fallecieron, se menciona también que padecían enfermedades crónicas. Se divulgó que este brote está controlado.

Sin embargo, en la Habana, pequeña provincia superpoblada donde la falta de higiene es parte de su entorno, son cientos de personas las que acuden a los cuerpos de guardia de hospitales, policlínicos y consultorios del Médico de la Familia aquejados por distintos padecimientos.



A algunos les hacen pruebas de sangre y otras para descartar enfermedades contagiosas. La prensa tiene prohibido informar, pero en la calle se habla de dengue, cólera y otros virus por los que sus aquejados, en ocasiones, tienen que ser sometidos a análisis que solo pueden ser procesados en el instituto especializado IPK.

Por otra parte, quienes no están tan graves, no tienen acceso a comprar medicamentos en las farmacias nacionales. Desde mucho antes del Período Especial en los años 90 desaparecieron los medicamentos antidiarreicos, analgésicos como la dipirona solo se vende por receta médica, tampoco existen medicinas contra los vómitos, cólicos y náuseas que estén liberados.

Cuando aparecen de vez en cuando es en las farmacias de venta en moneda convertible, cuyos precios son demasiado caros hasta para quien tenga el dinero y la preocupación de sanar a un enfermo en su casa. La gran tragedia la sufren a veces, pacientes y familiares, cuando estas no las hay ni a nivel de hospitales, ya que muchas son llevadas a otras naciones donde personal médico cubano cumple con sus contratos laborales.

La otra cuestión que no lleva comentario, ni fotos o videos es la falta de higiene, no importa si se está en un barrio marginal o en una zona cercana a los hoteles donde suelen hospedarse turistas extranjeros.

Los depósitos de basura dan espanto. A plena luz del día están abiertos y abarrotados de desperdicios. Los mendigos abren las bolsas para registrar y encontrar algo que les sea útil. Cuando pasa el carro que los desocupa, no los limpia, por lo que siguen siendo la morada de insectos y roedores.

El incremento del cuentapropismo y cafeterías particulares cercanas a estos focos de infección promueven más las enfermedades estomacales. “Imposible que me ponga a hervir agua para preparar jugos y refrescos, todo el mundo que tiene cafetería los hace con agua de la pila (grifo)”, señala una vendedora no estatal.



Foto: agua potable se mezcla con aguas albañales.

Las alternativas alimenticias pueden convertirse en un peligro para la salud y la vida de muchas personas. Las altas temperaturas y las intensas lluvias no ayudan pero son peligrosas, también las condiciones antihigiénicas y la falta de medicamentos de primeros auxilios, cuestiones por las que deben velar instituciones afines y gobiernos de cada localidad.

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