Por Diego Arria.
Los sucesos de Amuay no son aislados. Son la continuación de una política basada en la negligencia, y en buena parte de la ausencia de un presidente irresponsable, ganado más a la idea del protagonismo que de resolver los problemas de la gente.
Desde 1999, con la tragedia de Vargas y su utilización política, hasta nuestros días, solo ha habido un responsable de los desaciertos nacionales: Hugo Rafael Chávez Frías, cédula de identidad 4.258.228.
Estoy convencido que es necesario fortalecer la conciencia de los venezolanos, de cara al proceso electoral del 7 de octubre, en el cual no solo tendremos la oportunidad, sino más bien la obligación, de rescatar los auténticos valores democráticos de Venezuela.
Es una verguenza el desprecio y la groseria como trata a los periodistas internacionales Jorge Ramos de Univisión y Carmen Andrea Rengifo de RCN.
Un hombre capaz de decirle a una mujer que lo ha perdido todo "canta y no llores, porque cantando se alegran los corazones"... definitivamente no tiene corazón.
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