Foto: Cuesta Morúa.
Por José Alberto Álvarez Bravo.
Habíamos decidido organizar un espacio de encuentro plural, donde confluyeran disidentes de todas las corrientes de pensamiento, de diferentes interpretaciones de hacer resistencia cívica. En procura de este objetivo, el jueves 25 de octubre de 2012 en horas de la tarde, un nutrido grupo de disidentes se dio cita en mi domicilio, sito en J # 104 e/ Calzada y 9, Vedado, para compartir el inicio de la Caldosa Disidente. Alrededor de una treintena de hermanos participaron en la actividad.
Acto seguido, se efectuó el JUEVES DEL RECUERDO, organizado para recordar a cubanos desaparecidos; diecinueve personas desaparecidas fueron representadas por participantes en la actividad.
Los fondos para la financiación de la caldosa se recaudan entre los propios participantes, quienes aportan según sus posibilidades; la confección estuvo a cargo de las Damas de Blanco Gisselle Reyes y Rebeca Rojas; Ángel Valera había aportado las viandas, y con la contribución pecuniaria de varios hermanos se adquirieron algunos productos ahumados; una sustanciosa calabaza formaba parte del “elenco”.
Varias personas que nos son afines fueron pasando por nuestro domicilio, pero al terminar la jornada lectiva del curso de periodismo que se imparte en la SINA, alrededor de veinte se reunieron en nuestro pequeño espacio, provocando la alarma de los elementos parapoliciales de la seguridad del estado (o de la inseguridad ciudadana).
Poco después de las 4:00 pm, más de una veintena de estos agentes se concentró frente a nuestro domicilio, con el propósito de impedir el ingreso de otras personas; fueron arrestados Roberto Udaeta Jacomino, Edel Baró Padrón, Fernando Vergara Arguelles y Ubernel Cruz Álvarez, a quienes internaron en los calabozos de la 4ta Unidad, sita en Infanta e/ Manglar y Amenidad, en el Cerro. Poco más tarde recibimos una llamada telefónica comunicándonos el arresto de nuestros hermanos Heriberto Pons Ruiz y Roberto Hernández Barrios, ocurrido al arribar el grupo a la intersección de las calles J y Línea.
Al siguiente día, cerca del mediodía, me dirigí a la cafetería de Calzada y K para hacer una llamada telefónica a la familia de Heriberto Pons, y al regreso fui arrestado por uno de los agentes mas connotados por su sevicia, nombrado Pavel, -con seudónimo Camilo- y conducido a los calabozos de la citada 4ta Unidad de la PNR; allí me encontré con el ya mencionado Roberto Hernández y con Pablo Morales Marchán, de cuyo arresto no tenía conocimiento. Mientras compartíamos el encierro, Morales Marchán me confesó que le habían negado sus medicamentos, que le son imprescindibles para vivir ya que está intervenido del corazón.
Morales Marchán fue arrestado en Línea e I; durante el arresto le arrancaron del cuerpo, hecho jirones, el pullover con el emblema de UNPACU, (Unión Patriótica de Cuba) por lo que se encontraba en el calabozo con el torso desnudo, a pesar de ser una persona enferma.
En la Cuba de los “cambios” raulistas, y solo por compartir una caldosa con calabaza, ocho personas terminamos en el calabozo.
Foto: activistas muestran fotos de cubanos desaparecidos en la jornada de "Jueves del Recuerdo".
Nota sobre las fotos:
Estas fotos pudieron ser tomadas en la sede de AFACUDE, gracias al auxilio de Heriberto Pons y su esposa Caridad Ramírez, quienes portaban su cámara fotográfica.
En la foto Participantes II y III se ve a Pablo Morales Marchán de pie, con gorra, vistiendo un pullover con el monograma de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), el mismo que le fue arrancado con violencia de su cuerpo enfermo, al ser secuestrado en la vía pública por un “grupo de hombres peores que las fieras”, (Fidel Castro, La Historia me Absolverá). Posteriormente, al compartir el calabozo con Morales Marchán, supe que le fueron negados sus medicamentos imprescindibles para sobrevivir su intervención quirúrgica “a corazón abierto”.
Con independencia de su antipatía o simpatía por el régimen de Cuba, toda persona con un mínimo de sensibilidad humana debe condenar estos atropellos cometidos por la banda parapolicial autodenominada en nuestro país como CI (Contra Inteligencia), concebida, estructurada, equipada y financiada por el gobierno para enfrentar con métodos violentos y violatorios de todas las normas que regulan la convivencia en las sociedades civilizadas, a una disidencia pacífica, descubierta, inerme y transparente. Estos elementos, con vocación y prácticas delincuenciales, gozan de una patente de corso, -otorgada por el régimen del General-Presidente Raúl Castro- para secuestrar, golpear y pisotear los derechos más elementales de quienes discrepamos del credo oficialista, falazmente acusados de “agentes del imperialismo” con el avieso fin de desacreditarnos ante la opinión pública.
Detén tu complicidad silente con la dictadura castrista, más peligrosa cuanto más cercano ve su final. Denuncia todo acto de crueldad y despotismo, donde quiera que se produzca. Que la inmerecida gratitud al régimen no te obligue a guardar silencio.
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