Archivos secretos desclasificados en Alemania (BND) y en Moscú: la crisis cubana de los misiles era mucho más peligrosa
Por Sven Félix Kellerhoff
El líder revolucionario quería mantener las armas nucleares tácticas soviéticas, y estaba enojado con el Kremlin.
El mundo nunca estuvo tan cerca de una guerra nuclear como al final de octubre de 1962. La Unión Soviética tenía misiles de alcance medio emplazados en Cuba y listos para su lanzamiento, en Washington generales EE.UU. planeaban ataques aéreos contra las posiciones y una posterior invasión de la isla. Poco antes de la 50ª Aniversario de la Crisis de los Misiles de Cuba por primera vez los documentos publicados muestran que la situación era aún más crítica de lo que se pensaba. Fidel Castro jugó su propio juego sin tener en cuenta la tensión de alta peligrosidad entre los EE.UU. y la URSS.
En el punto álgido de la crisis, el 26 de Octubre de 1962, el Servicio Federal de Inteligencia (BND) en Pullach, supo que Castro estaba interesado en reclutar a ex miembros de las Waffen-SS, para emplearlos como instructores de los militares cubanos en el Caribe. También solicitó los servicios de ex oficiales de los paracaidistas alemanes y tropas técnicas. El salario ofrecido era aproximadamente cuatro veces mayor que el ingreso promedio en Alemania: Antiguo DM 1000 en moneda cubana, más un especial adicional de $ 1000 en cualquier moneda occidental y para pagar en cualquier cuenta europea donde pudieran cobrar los mercenarios alemanes. En el momento del informe, cuatro ex hombres de las SS habían aceptado la oferta, aunque sólo dos lograron llegar a Cuba. Bodo Hechelhammer, el jefe del grupo en la historia BND señala en el informe: "Es evidente que el personal cubano del ejército revolucionario no mostró temor de contactar con el pasado nazi para servir a su propia causa".
Castro no sólo estaba interesado en la experiencia de los soldados alemanes de la Segunda Guerra Mundial, también trató de adquirir armas en Europa. Una red de tráfico de armas dirigida por Otto Remer Ernst & Ernst Wilhelm-Springer, ambos de extrema derecha, fueron contactados por el gobierno cubano para comprar 4.000 ametralladoras belgas, es decir, a través de Alemania Occidental. El BND informó al gobierno federal y anunció: “Desde Octubre 25, 1962 han sido introducidas envíos de armas con acceso ejecutivo” La conclusión evidente y probable es que Castro quería liberarse de la dependencia total de las armas soviéticas y sus formadores. Pero eso sólo tiene sentido si es que quería seguir su propia política.
No sólo a través de los contactos del régimen comunista en Europa, el BND estaba bien informado de los documentos revelados. Obviamente, el servicio de noticias. Gracias a varias fuentes fiables en otras partes del Caribe, llegaban mensajes a menudo sorprendentemente precisos acerca de la actualización secretamente consumada. Desde hace algún tiempo en el Archivo Federal de Coblenza, una elaboración del año 1962 se conoce, añade ahora muchos de los mensajes originales. Se pueden descargar desde el sitio web de la BND.
A más tardar en junio de 1962 reconoció el evaluador de la BND, la actualización sucesiva de Cuba que la convirtió de un carácter puramente defensivo para el de capacidad de atacar. Por primera vez los sitios fueron identificados como posibles posiciones para los misiles ofensivos. Al mismo tiempo, la CIA, según sus documentos suponía que Cuba sólo poseía armas convencionales, no armas nucleares. El 12 de 09 1962 informó el servicio de inteligencia alemán, la Cancillería Federal, que tenía desde finales de julio a unos 15 barcos soviéticos con más de 5.000 soldados, principalmente ingenieros y entrenadores que se transportan a Cuba. Nueve días más tarde, se dijo: "A finales de noviembre los sitios de lanzamiento de misiles en Cuba que entren en funcionamiento".
En ese momento, los vuelos de la CIA de control fueron suspendidos, entre finales de agosto y mediados de octubre debido a razones técnicas y por el mal tiempo, ni un solo U-2 voló sobre la isla caribeña. Información adquirida indirectamente gracias a una declaración de Anastas Mikoyan. Luego vino la primera información sobre el emplazamiento de armas nucleares en Cuba por el Servicio de Noticias Federal.
Desde el este de Berlín, el BND obtiene el 31 Octubre de 1962, el informe de que Castro escribió una carta fuerte de protesta a Moscú. El líder cubano se ha negado también a devolver las armas soviéticas pesadas.
Esta información se ha confirmado por los documentos de otras fuentes. También muestra que la crisis de los misiles de Cuba con el anuncio de Khrushchev en la mañana del 28 de Octubre de 1962, de retirar los misiles nucleares ofensivos, no fue de ninguna manera el final.
Castro culpó a los equipos soviéticos por el descubrimiento de los misiles por parte de Estados Unidos. Ellos no habían hecho lo suficiente para disimular el misil.
El interés principal de Castro era sin embargo, mantener a los soviéticos y sus armas nucleares tácticas en la isla caribeña. El presidente Kennedy en el levantamiento oficial del bloqueo naval el 20 de Noviembre 1962, dijo que no había más ojivas nucleares en Cuba. En realidad, estaban bajo el control del general soviético Issa Pliyev, cerca de 100 bombas nucleares con misiles de corto alcance, armas y aviones, estaban a su cargo para defender en caso de una invasión de EE.UU. a las posiciones soviéticas.
Castro pidió entregasen estas bombas altamente peligrosas en manos cubanas, lo que permitiría a su régimen convertirse en la primera potencia nuclear de América Latina. Pero los soviéticos hicieron caso omiso.
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