Barcelona/ Mambí en A/ El ejército turco desplegó dos cazas después de que un helicóptero militar sirio bombardease la ciudad fronteriza de Azmarín. La última semana han impactado obuses en suelo turco desde esta región sin causar muertos ni heridos. La localidad está situada en un área especialmente hostil al gobierno de Bachar al Assad.
Las tensiones entre los dos países no dejan de intensificarse, sobre todo después de que un avión sirio procedente de Moscú fuera obligado a aterrizar en Ankara.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, asegura estar esperando explicaciones de Turquía, país con el que mantiene estrechas relaciones comerciales.
Según declaraciones del ministro ruso: "Había un cargamento en el avión que un proveedor enviaba de forma legal a un cliente legal. Se trataba de material técnico para un radar. Tiene un doble uso pero no está prohibido por ninguna convención internacional."
El éxodo de la guerra continúa. Decenas de civiles tratan cada día de cruzar la frontera entre Siria y Turquía, muchos de ellos heridos. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos el jueves murieron en el país 260 personas.
La noticia de la entrega del Premio Nobel de la Paz para la Comunidad Europea entra en discordancia con el apoyo reiterado de Rusia al genocido sirio perpetrado por Bashar al Asad, como el ejemplo más reciente, aunque existen otros, si se tiene en cuenta que Rusia además forma parte del Consejo de Europa, organización de ámbito regional destinada a promover mediante la cooperación de los estados de Europa, la configuración de un espacio político y jurídico común en el continente, sustentado sobre los valores de la democracia, los Derechos Humanos y el Estado de Derecho.
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