Por Francisco Sau Boíx.
Barcelona/ Mambí en A/ Fidel Castro Díaz-Balart, el hijo mayor de Fidel Castro Ruz, fue entrevistado en Rusia, uno de los países que más contribuye en la creación y sustento de regímenes dictatoriales. Es por ello que no sorprende que muy a menudo son entrevistados por periodistas rusos, miembros de la dinastía Castro.
Fidelito Castro, como suelen llamarle los adulones comunistas, explicó en la entrevista que sus estudios fueron realizados en Rusia; lo que no explicó, es que mientras él gozaba del privilegio de pertenecer a la dinastía Castro en la antigua URSS, la juventud cubana, los niños cubanos, estudiaban y trabajaban en escuelas secundarias básicas en el campo (ESBEC), donde permanecían desde 30 a 45 días albergados lejos de sus familias, con una pésima alimentación, trabajando en labores agrícolas en jornadas diarias de hasta 6 horas, una evidencia sobrada de explotación infantil, pero no de la explotación infantil particular y oculta que suele encontrarse en muchos países, sino de Explotación Infantil Institucionalizada, explotación infantil por ley y mandato de su familia, la de Fidelito, claro, la dinastía Castro.
¿En qué empleaba la dinastía Castro el dinero que producían los millones de niños cubanos explotados? Nadie lo sabe. Seguramente una parte servía para pagar los gastos de los numerosos viajes y los estudios en Rusia de Fidelito y todo su séquito. Porque no nos olvidemos de las historias recogidas en antiguos libros, donde se narran cómo las dinastías, reyes y monarcas, enviaban al primogénito a recibir estudios a las mejores escuelas y con los mejores maestros, pero eso sí, con todo un séquito a su servicio que le garantizase confort y seguridad. Eso es Cuba, una visión real de antiguas historias foráneas, deformada y sucia, profunda e hiriente, insultante y desgarradora, pero real y actual.
Habló de muchas cosas, todas sin valor y fundamento, pero sí, habló. Habló también de elecciones celebradas en el parlamento cubano, lugar donde se reúnen los miembros del Partido Comunista de Cuba (PCC) y que nada tiene que ver con el significado de su nombre, el cual describe al parlamento como un órgano constitucional de un Estado con sistema parlamentario, compuesto por los representantes elegidos por el pueblo, y que tiene atribuida la misión principal de expresar la voluntad de éste, elaborando y aprobando normas jurídicas de carácter general e interviniendo en la integración y funcionamiento de otras instituciones del Estado. En el parlamento cubano, nunca nadie opina, nadie propone, ni mucho menos, nadie critica, ni contradice, todos se limitan a aprobar y aplaudir las órdenes dictadas por la dinastía Castro. Una triste y humillante realidad que continúa repitiéndose por más de medio siglo.
Síntesis de la entrevista en el vídeo a continuación:
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