Por Francisco Sau Boíx.
Barcelona/ Mambí en A/ Ricardo Molina, Ministro de la Vivienda de Venezuela, amenaza a empleados públicos partidarios de la oposición: "... no me importa en absoluto lo que dicen las normas laborales".
Del chavismo al madurismo solo ha pasado un corto espacio de tiempo, sin embargo, a pesar de ese breve espacio entre el presidente muerto y el presidente ilegítimo, la dictadura chavista se ha visto superada por una radicalización tan profunda, que roza el fascismo.
Desde golpes en la Asamblea Nacional, brutal represión contra manifestaciones pacíficas, un proceso electoral con más dudas que certidumbre, y ahora, estas declaraciones que no van en contra de la tan nombrada burguesía, como si los 7 millones y pico de votantes que votaron por Capriles fuesen todos burgueses, ¿qué pensará el mundo, que Venezuela es el país con mayor número de burgueses, la mitad de la población es burguesa? Pués ahora comprenderán que no, que también hay trabajadores, y que esa clase trabajadora que no es burguesa, es maltratada y oprimida no por la burguesía que los rojos mencionan, sino por los propios rojos, por los chavistas ahora maduristas-fascistas.
Nada, que pronto en Venezuela se podrán comprar junto a las figuras del Santo Chávez, esvásticas, y tener que saludar al presidente extendiendo la mano y a la voz de ¡Heil Maduro! Claro, que conociendo a los latinos, ya sabemos cual será la voz que la secunde: "no, solo quedan podridos".
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