Carta abierta a Camilo Loret de Mola
Por Francisco Sau Boíx.
Barcelona/ Mambí en A/ Después de 55 años de que Cuba permanece bajo el yugo esclavista de la dinastía Castro, aún hay cubanos que les hace ilusión seguir siendo sumisos, inclusive viviendo en tierra de libertad.
El programa El Espejo de América Teve y que presenta Juan Manuel Cao, llevó a debate el más que polémico tema, el absurdo del "intercambio cultural". Y aquí es donde me justifico al colocar una palabra tan fuerte en el título de ésta publicación, y es que realmente hay que ser estúpido para después de 4 años, seguir llamando a los viajes para adoctrinamiento hacia el exterior de Cuba y para financiación de la dinastía Castro, como "intercambio cultural". Claro está que eximo de éste calificativo a Julio Shiling y a Andrés Reynaldo, sin embargo, Camilo Loret de Mola y el otro, no solo les queda el calificativo como anillo al dedo, sino que además, me hacen pensar como seguramente a muchos cubanos, y no por sobrada cautela sino por experiencia, que a lo mejor trabajan para la Seguridad del Estado de Cuba, ambos inclusive, sus actitudes e insistencia así lo indican.
Celia Cruz y Olga Guillot, dos símbolos de la cubanía y de la música cubana, se llevaron a su tumba el dolor de morir lejos de su patria, y sin que se le permitiera entrar ni una sola vez después que la dinastía Castro se hizo dueña de la otrora Perla del Caribe. Estos son solo dos ejemplos de millones de casos similares.
La intransigencia no está reñida con la dignidad, por lo que no me lamento de ser intransigente. Sin embargo, transigente está más cercano del que claudica. Y así Loret de Mola y muchos otros, están arrastrando al exilio cubano a un abismo donde van cayendo año tras año en un inmenso mar de claudicar, que terminará por ahogarlos.
Lo más sorprendente es que a la pregunta de Julio Shiling, la misma pregunta que hacen todos los cubanos del exilio: ¿cuándo van a dejar entrar libremente a los cubanos a Cuba? Ellos continúan respondiendo: "que no los dejarán, que eso nunca lo van a permitir". Entonces la propuesta de Loret de Mola no es que seamos transigente, sino que claudiquemos al derecho que tiene todo ser humano de entrar y salir con libertad a su país natal.
No, Loret de Mola, todos los cubanos no somos iguales, aunque desgraciadamente de los que claudican como usted, hay más que de los intransigentes como yo, por eso es que han pasado 55 años, y posiblemente muchos más, si no impedimos que continúen lanzando por el abismo de claudicar, a todo el exilio cubano.
Y cito a José Martí:
Yo quiero, cuando me muera
Sin patria, pero sin amo,
Tener en mi losa un ramo
De flores, - ¡y una bandera!
Así morimos los intransigentes. En cambio los transigentes del exilio morirán con amo, y sin patria, ¡que paradoja verdad!
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