Barcelona/ Mambí en A/ A través de los años a la capital de La Habana, Cuba, han llegado personas de otras provincias para trabajar y buscarse la vida, pero como a muchos de los habaneros, algunos terminan en la mendicidad.
En la Habana Vieja, por ser uno de los municipios más concurridos, se ven muchos mendigos. Caminando por la calle Dragones esquina a Águila, se encuentra un señor sentado en la acera. Se llama Evelio y tiene unos 50 años de edad, y es de los tantos que han venido a la capital a buscar “fortuna”. Desde hace más de una década reside en la capital, ya ni se acuerda del tiempo exacto, pero dice que nada le ha ido bien.
Actualmente vive y duerme en la calle, para atrás no puede regresar, porque liquidó todo lo que tenía para poder residir en La Habana.
Él tiene los pies descalzos y ulcerados debido a la falta de higiene y por la diabetes mal cuidada que presenta, está sucio y mal oliente, con un pozuelo en la mano para que todo el que por allí transite le deje caer alguna moneda, y así llevarse algo a la boca. Durante el día se alimenta con los desperdicios de una cafetería que queda frente a donde pernocta.
La respuesta cuando alguien le da alguna moneda es: ¡Qué Dios lo bendiga! Ante mi curiosidad por saber si le habían brindado ayuda médica, me contestó que hasta la fecha nadie se había pronunciado para curarle al menos las úlceras que tiene en los pies.
Evelio debe tener su historia personal, pero la del día de hoy es la que su estado físico le cuenta a cualquiera que solo fije en él la vista. Verlo, es realmente triste.
Informó desde La Habana, Cuba, Julia Estrella Aramburo Taboas, Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.
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