Foto: Hijo de Fidel Castro. Uno de los que vive de la sangre de los cubanos.
Barcelona/ Mambí en A/ Después de haberle arrebatado a los cubanos sus propiedades, sus fábricas, sus tierras, su oro, sus obras de arte, en fin, todo lo que poseía el pueblo fruto de su esfuerzo y sacrificio, la dinastía Castro en su demanda continua para satisfacer sus ansias de poder no le queda otro recurso que la sangre de los cubanos, pero no en el sentido figurado para referirse a la explotación del hombre por medio del trabajo mal remunerado, que también, sino en el sentido literal, vendiendo su sangre.
Claro está, que acostumbrados (la dinastía Castro) a tomar las cosas sin pagar, es decir, a robar, ésta vez le están robando al pueblo su sangre literalmente, pues los cubanos donan su sangre sin recibir dinero a cambio, sin saber que luego será comercializada por sus dueños, la dinastía Castro.
En España hay una expresión muy popular que se útiliza cuando en medio de una discusión uno de los implicados se ve amenazado o acorralado por el otro, y que bien se podría emplear en éste caso por los cubanos como protesta por la venta de su último recurso en propiedad, y que dice:
"¿Qué quieres, mi sangre? Pués chúpamela"
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