Por Francisco Sau Boíx.
Barcelona/ Mambí en A/ Las organizaciones dirigidas a promover los derechos humanos, así como líderes políticos, se equivocan en sus decisiones una y otra vez, perjudicando así el fortalecimiento y el respeto a los derechos humanos. Barack Obama es ejemplo de ello.
El anuncio público del presidente de los EEUU de restablecer las relaciones diplomáticas con la dictadura dinástica de los Castro, es un terrible acto en contra de los derechos humanos que legitima a una tiranía que por más de medio siglo ha esclavizado al pueblo cubano, además de otros delitos internacionales contra la humanidad como la promoción del terrorismo, narcotráfico, etc.
Cuba ha sido declarada una de las maravillas del mundo en medio de un total desastre económico-socio-político que daña la sensibilidad de cualquier ser humano que se atreva a observarla, lo que también ejemplifica el mal trabajo de estas organizaciones dirigidas a promover y premiar los logros de la humanidad, y no los desastres de los tiranos, como hacen.
Hasta la iglesia católica se ha abrazado con los tiranos.
Luego, ¿qué reconocimiento quedará para los que tengan que reconstruir el desastre cubano? Porque inevitablemente Cuba será libre algún día. Los cubanos tendrán que levantar a Cuba de las ruinas, junto a los héroes sacrificados que logren la libertad, sin embargo, su obra no podrá ser reconocida por esas falsas organizaciones que ya han declarado al desastre, como "maravilla".
Y no necesitará reconocimiento el pueblo cubano, pero sí la humanidad. Nuevas organizaciones deberán surgir que premien los logros de los pueblos en materia de derechos humanos, como será el caso de Cuba. Donde la reunificación familiar, el unir a un pueblo dividido por una ideología comunista inhumana, tendrá que ser elogiado por el bien de la humanidad.
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