Barcelona/ Mambí en A/ Dos ausencias significativas vienen a la mente ante la euforia oficial por el arribo a Cuba de tres espías manchados con la sangre de cuatro víctimas de Hermanos al Rescate, asesinados bajo las órdenes de Fidel Castro. La de ese mismo personaje que Yolanda Ferrer elevó a la categoría de profeta en la pasada sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular por haber pronunciado la palabra “volverán”, y la de Ricardo Alarcón de Quesada.
Han pasado varios días y no ha hecho acto de presencia como es habitual ante figuras de su estima, no hay una de sus reflexiones, no se ha comunicado el haberlos recibido, con o sin fotos, ni tampoco un mensaje de saludo. Muy mal debe estar o no estar, teniendo en cuenta que la parca fría lo ronda desde hace buen tiempo.
Si alguien debió hacer acto de presencia era él, que tanto hizo por la liberación de sus secuaces, como gastar millones de los recursos del Estado en propaganda, viajes y eventos; y hasta llegar al encarcelamiento primero de 75 opositores pacíficos y después de un ciudadano americano inocente, como fue siempre Allan Gross.
De Alarcón se hace notar más la ausencia, ya que es evidente su buen estado de salud; es conocido que cayó en desgracia al haber sido depuesto de su cargo al frente de la Asamblea Nacional, pero también es verdad que siempre estuvo a cargo del caso, aún después de que fue removido; no hubo ni rastro de él en todos los festejos por el recibimiento.
Cualquier acto que hagan a partir de ahora para arreglar estas omisiones ya será tardío y forzado.
Por Arnaldo Ramos Lauzurique, Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario