Barcelona/ Mambí en A/ El activista Guillermo Fariñas fue víctima de un acto de repudio o fascista a su regreso a Santa Clara, Cuba, luego de participar en la Cumbre de las Américas realizada esta vez en Panamá.
Sin embargo, a pesar de la tan repetida manifestación represiva del régimen de la dinastía Castro, hay que destacar la nota positiva que mostraron los pobladores y vecinos, que se mostraron en todo momento desafiantes y decididos a no dejarse amedrentar por los uniformados y camuflados con ropas de civil, quienes manoteaban y les lanzaban gestos desafiantes, inclusive a mujeres que cargaban niños pequeños. Sí, mujeres que como Mariana Grajales, muestran a sus hijos desde la infancia, que lo más importante en la vida, es defenderse y luchar por su dignidad. Luego de convencese los esbirros que no lograban imponerse por el miedo, decidieron retirarse, en medio de un aluvión de abucheos y gritos de ¡fuera!
El fruto del sacrificio de tantos años de los activistas cubanos, se está recogiendo en toda la isla para beneplácito de todos. Así, se ha pasado de ver a una oposición sola y sin apoyo en sus manifestaciones, a ver que en toda la isla las manifestaciones de los activistas ahora son reprimidas bajo la protesta activa y desafiante del pueblo. Esto se ha podido observar en Ciudad de La Habana, en Santiago de Cuba, y ahora en Santa Clara.
La esperanza del pueblo cubano por alcanzar una sociedad más justa, donde reine el respeto a los derechos humanos, cada vez es más fuerte. Muy a pesar de la traición apóstata del Papa Francisco, y de las infames traiciones a los derechos humanos, de Barack Obama y de Francois Hollande.
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